Clínica Saint Emilien, el incendio más trágico de la Argentina hasta Cromañón: una leyenda urbana y el “elefante azul” abandonado

Ocurrió hace 40 años, en la noche del viernes 26 de abril de 1985, las llamas se hicieron incontrolables en el interior de un prestigioso neuropsiquiátrico del barrio de Saavedra. Casi 80 muertos y la falta de respuestas a una tragedia que enlutó Buenos Aires.
La clínica neuropsiquiátrica del barrio porteño de Saavedra ardió en llamas
La clínica neuropsiquiátrica del barrio porteño de Saavedra ardió en llamas Foto: Gobierno de la Ciudad

El 26 de abril de 1985 por la noche la tranquilidad se vio interrumpida en el residencial barrio de Saavedra, ese día las llamas arderían como nunca antes se había visto en Buenos Aires. La Clínica Neuropsiquiátrica Saint Emilien se consumía por dentro, ubicada en Crisólogo Larralde (en ese entonces Republiquetas) al 3990, entre Estomba y Rómulo Naón, contaba con más de 400 pacientes internados en un edificio de 6 pisos que no tenía escalera de emergencia y fue construido con materiales altamente inflamables, y con graves falencias en sus condiciones de seguridad. Hubo 78 de muertos y centenares de heridos, y nulas respuestas en una de las peores masacres de la historia argentina.

Siempre se dijo que el lugar fue incendiado de manera intencional, pero nunca hubo condenados por el hecho. Hoy el edificio se convirtió en un “elefante azul”, igual de abandonado que su historia.

Para tomar dimensión, en el atentado a la AMIA de julio de 1994, fallecieron unas 85 personas; en octubre de 1999, el avión de LAPA se cobró 65 víctimas fatales y lamentablemente en 2004 sucedería una tragedia peor: Cromañón, con 194 personas víctimas.

En uno de los fallos posteriores a la tragedia se afirma que el edificio se encontraba en situación irregular desde 1979 Foto: Gobierno de la Ciudad

El trágico 1985

Habían pasado casi dos años de la vuelta a la democracia y el presidente era Raúl Alfosín, pero en Crisólogo Larralde (ex Republiquetas), entre Estomba y Rómulo Naón, el tiempo era otro y la realidad muy diferente. Ese 26 de abril se desató un infierno de humo y fuego en las seis plantas de habitaciones donde había unos 400 pacientes psiquiátricos sedados. Las puertas estabas cerradas con candados y las ventanas tapiadas o enrejadas, dando de resultado a una masacre.

La Justicia consideró que había sido uno de los pacientes el que empezó el fuego, pero la causa prescribió sin culpables. Hay familiares de las víctimas que incluso coincidieron con esa idea y le pusieron nombre: Chapita, a quien señalan de haber incendiado un colchón. Otros difieren y sospechan que los propios dueños del lugar lo generaron y así cobrar un seguro.

El saldo fue estremecedor: 78 muertos, entre pacientes y enfermeros, y cientos de heridos que fueron hospitalizados. La investigación determinó que hubo irregularidades en la habilitación, la infraestructura y en la capacidad del lugar.

El “elefante azul”

Después de la tragedia, la clínica Saint Emilien se declaró en quiebra y el sitio fue adquirido por otras personas. Llegó a funcionar allí el Instituto de la Familia Monseñor Bufano hasta que el 31 de agosto de 1997 cerró definitivamente sus puertas.

El gravísimo siniestro provocó la muerte de 78 personas y dejó heridas a otras 192 Foto: Gobierno de la Ciudad

Los años pasaron y solo quedó un esqueleto de cemento, uno que cuenta una verdadera película de terror. Lo llamaron “elefante Azul” haciendo juego con el Elefante Blanco de la zona sur porteña, que hoy ya no existe y en su lugar fue emplazado el Ministerio de Desarrollo Humano. En el presente, los vecinos conviven con este edificio inmenso rodeado de manzanas en una zona residencial.

Hoy allí no hay ningún tipo de movimientos, está rodeado de cartelones y no hay actividad, a veces las personas en situación de calle lo usan, trepando o pasando por debajo de los carteles de publicidad para pasar la noche.

El viernes 26 de abril de 1985 alrededor de las 21, se desató en Saavedra el incendio en la Clínica Neuropsiquiátrica Saint Emilien Foto: Gobierno de la Ciudad

Hoy la incertidumbre es total entre vecinos porque muchos saben qué pasó allí, para otros no porque el paso del tiempo hizo estragos casi como si fuera una llamarada. No hay noticias sobre si lo van a demoler o algún plan, hubo intentos de expropiarlo, pero no se pudo.