La casa de dos plantas más antigua de CABA: su esquina tiene un detalle que la vuelve única y se encuentra en la calle más “cool”
Una verdadera joya arquitectónica de más de 200 años. A pesar del cambio notable que sufrió la capital argentina, esta construcción logró mantenerse en el tiempo y ser un fiel testigo de la historia.

Hay quienes dedican su vida a cuidar y preservar las joyas arquitectónicas de la Ciudad de Buenos Aires y a diferencia de lo que se pueda creer, la casa de dos plantas más antigua tiene mucho más años de lo pensado. Prácticamente nació con la independencia y hoy es todo un símbolo de la calle más emblemática de Monserrat.
Hablamos de Altos de Elorriaga, una construcción es muy amplia que incluye habitaciones, áreas privadas y hasta un mirador exclusivo casi imperceptible para los que buscan sumergirse en el pasado.

La historia de Altos de Elorriaga, la más antigua
El terreno originalmente le pertenecían a Alonso de Escobar en 1580, fueron cedidos por Juan de Garay cuando se distribuyeron las manzanas. Con el tiempo pasó a manos de Juan Bautista de Elorriaga quien obtuvo la autorización para construir, entre 1807 y 1820, una casa con dos plantas y que se transformó en una de las más altas de Buenos Aires en los primeros años del Siglo XIX. Sus nueve metros dan cuenta del estatus que ostentaba el propietario.
Ubicada en la esquina de Defensa (elegida dentro de las calles más “cool” del mundo) y Alsina, en la planta de abajo se alquilaban los ambientes para distintos locales comerciales que daban a la calle, mientras que en el primer piso vivía la familia. Más arriba, en la terraza, Elorriaga, comerciante de profesión, hizo construir una torre-mirador para observar cómo los barcos arribaban al Puerto de Buenos Aires. Entonces, el Río de la Plata llegaba hasta la que hoy es Avenida Paseo Colón, y la vista era abierta.

Los nueve metros de altura le dieron la categoría de altos. La casa está ubicada a una cuadra de la Plaza de Mayo y su esquina sin ochava, representativa del período colonial, es una de las pocas que se conservan en la actualidad. La fachada es blanca, tiene pequeños balcones típicos de su época, con barandas negras en el primer piso y en la terraza, y en el interior alberga un patio interno con ladrillos a la vista.
Su propietario le colocó el nombre de “Altos” por su estructura de dos pisos y su apellido “Elorriaga”. Acto seguido, se mudó a las nuevas instalaciones con su esposa, Leocadia Segurola de Elorriaga. Vivieron allí hasta 1827, cuando el dueño falleció. Finalmente, Leocadia Segurola conservó la casa hasta 1860.
¿Qué sucedió con Altos de Elorriaga?
Dolores Jaureguialzo, directora del Buenos Aires Museo (BAM), explicó que “Primero, fue la vivienda de la familia de Elorriaga; después, la casa tuvo varios usos, como una imprenta y una casa de remates”. Durante las últimas décadas del siglo XIX, quedó en manos de un nuevo propietario, de apellido Altolaguirre.
Altolaguirre y todos los propietarios que llegaron después, disfrutaron de los patios internos y de la amplia terraza que, en sus orígenes, tenía una excelente vista panorámica al Río de la Plata.

“En 1968, la casa pasó a ser parte de lo que entonces era el Municipio de la Ciudad de Buenos Aires. “Nació como un museo arquitectónico”, apunta Jaureguialzo. “Entre 2020 y 2021, se realizó una puesta en valor del edificio y por primera vez en la historia de la institución se diseñó una exposición patrimonial permanente”, agregó.
En 1997 fue declarada Monumento Histórico Nacional y recibió numerosos trabajos de restauración.
La casa está ubicada a una cuadra de la Plaza de Mayo y su esquina sin ochava, representativa del período colonial, es una de las pocas que se conservan en la actualidad. La fachada es blanca, tiene pequeños balcones típicos de su época, con barandas negras en el primer piso y en la terraza, y en el interior alberga un patio interno con ladrillos a la vista.


















