De la pobreza extrema a ser “La perla de Asia”: la impactante historia económica de uno de los países más ricos del mundo

Rascacielos, jets privados y autos de alta gama no son lujo en Singapur, sino postales cotidianas que reflejan el impresionante desarrollo económico que transformó por completo a esta pequeña nación insular del sudeste asiático.
En apenas unas décadas, el país pasó de ser un humilde puerto comercial con altos índices de pobreza y desempleo, a convertirse en uno de los centros financieros más importantes del mundo y en símbolo de modernidad y eficiencia.

La historia de Singapur es una de las más llamativas del siglo XX. Tras independizarse de Malasia en 1965, el país no tenía recursos naturales ni un futuro prometedor a la vista. Sin embargo, bajo el liderazgo del primer ministro Lee Kuan Yew, se impulsaron políticas de industrialización acelerada, se combatió con firmeza la corrupción y se apostó por la educación, la apertura al comercio internacional y la atracción de inversiones extranjeras.
Hoy, el país ostenta uno de los PIB per cápita más altos del planeta, lidera rankings de calidad de vida, competitividad y tecnología, y es sede de las principales multinacionales del mundo. A pesar de su tamaño diminuto y la falta de recursos propios, logró convertirse en “La perla de Asia”, un ejemplo de crecimiento planificado y disciplinado que muchos países aún intentan imitar.
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En primer lugar, la ubicación de Singapur es ideal estratégicamente, dado que le permitió establecer una ruta de comercio entre China, India y el resto del sudeste asiático. Asimismo, una serie de reformas por parte de Kuan Yew sirvieron para salir del “pozo negro de la miseria y la degradación”, como expresaba su líder.
De esa forma, se formaron programas de empleos y construcción de viviendas sociales, que vinieron de la mano de un control estricto de la vida privada de las personas y la supresión de libertad individual. Por ejemplo, había órdenes explícitas sobre cómo ser corteses y hasta cómo limpiar el baño.

En el medio, hubo un gran desarrollo de manufactura intensiva, con el objetivo de exportar a mercados de países desarrollados. Para la década del 90′, el país entró en una nueva etapa, en la que se convirtió en un centro financiero global con altos niveles de educación, sanidad y competitividad económica. Desde entonces, no paró de crecer.
No es solo su riqueza, sino también su posición como uno de los principales polos tecnológicos y financieros del planeta lo que convierte al “milagro económico” de Singapur en un modelo que muchos líderes del mundo buscan replicar.