Marie Byrd, la última tierra sin dueño: cómo es el rincón helado de la Antártida que ningún país reclamó

En un planeta que se divide entre estados soberanos, existe un territorio enorme y estratégico que permanece sin bandera, sin gobierno y sin reclamo formal

Por Canal26

Viernes 23 de Mayo de 2025 - 14:00

Glaciares e la Antártida. Foto: Unsplash. Glaciares e la Antártida. Foto: Unsplash.

En el mapa político mundial, se puede observar una excepción notable: un inmenso territorio, cubierto de hielo y de gran valor científico, que nunca ha sido reclamado oficialmente por ningún país.

Se trata de la Tierra de Marie Byrd, una región de 1.610.000 kilómetros cuadrados que constituye la mayor extensión terrestre del planeta sin una soberanía reconocida.

Tierra de Marie Byrd. Foto: Facebook / GEOScentricos.La Tierra de Marie Byrd es una región de la Antártida Occidental situada al este de la barrera de hielo de Ross y al sur del océano Pacífico. Foto: Facebook / GEOScentricos.

Ubicada en la Antártida Occidental, esta tierra fue sobrevolada por primera vez en 1929 por el contraalmirante Richard E. Byrd, un pionero de la exploración polar.

En honor a su esposa, el explorador la bautizó con el nombre que conserva en la actualidad. Sin embargo, aunque Estados Unidos tuvo la oportunidad de reclamarla como suya, nunca lo hizo oficialmente.

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¿Por qué ningún país reclama la Tierra de Marie Byrd?

El motivo principal por el cual este extenso territorio permanece fuera del control de cualquier nación se encuentra en el Tratado Antártico, firmado en 1959.

Las banderas de los países que firmaron el Tratado Antártico. Foto: globalstudies Las banderas de los países que firmaron el Tratado Antártico. Foto: globalstudies.

Este acuerdo internacional, ratificado por más de 50 países, estableció que la Antártida debía permanecer libre de disputas territoriales y ser utilizada exclusivamente con fines pacíficos y científicos. Desde entonces, cualquier aspiración de soberanía en el continente quedó congelada, en sentido literal y figurado.

Pese a esto, durante décadas, algunos mapas estadounidenses incluyeron a Marie Byrd como si formara parte de su jurisdicción, en un intento simbólico de marcar presencia. Incluso han surgido iniciativas privadas que inventaron banderas o idiomas para esta tierra, sin ninguna validez ni reconocimiento legal.

Más allá de su particular estatus jurídico, la región captó la atención de la comunidad científica internacional. Investigaciones recientes revelaron la presencia de un fenómeno geológico inusual: una fuente de calor geotérmico bajo la gruesa capa de hielo.

Esta especie de “horno natural” derrite el hielo desde abajo, generando ríos y lagos subglaciales. El hallazgo es clave para comprender la dinámica de los polos y su respuesta al cambio climático, un fenómeno que amenaza con alterar radicalmente el equilibrio del planeta.

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La Tierra de Marie Byrd no solo es una rareza política, sino también un laboratorio natural de incalculable valor. En un mundo donde casi cada rincón ya tiene dueño, esta región helada permanece como uno de los últimos espacios verdaderamente libres del control de las personas.

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