La conferencia mundial sobre Plásticos concluyó sin Tratado: ¿y ahora qué?

Durante diez días, delegaciones de 184 países intentaron en Suiza delinear un Tratado Global que frene la contaminación plástica en el marco de Naciones Unidas. Cuál es la postura de la industria y las organizaciones locales.
"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU.
"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Desde mediados del siglo pasado, la producción y consumo mundial de plástico creció en forma exponencial, pasando de unos 2 millones de toneladas en 1950 a superar las 400 millones de toneladas anuales, según datos de PNUMA, la Organización de Naciones Unidas para el Ambiente. Y esto se ha convertido en un problema global por su impacto en la salud humana y ambiental.

Para enfrentar este dilema, representantes gubernamentales y de organizaciones civiles y científicas de 184 países buscaron establecer un Tratado Global de Plásticos. Luego de casi dos semanas de intensas negociaciones en la ciudad suiza de Ginebra, la reunión, técnicamente conocida como INC 5.2, finalizó el 15 de agosto sin acuerdo que -al estilo de lo que fue el Acuerdo de París de 2015 para el Cambio Climático-, establezca metas y compromisos consensuados para frenar la contaminación plástica global.

Aunque esto fue leído como un fracaso por muchas organizaciones y delegaciones asistentes, hay quienes piensan, como la representante de la Alianza Global Alternativas a la Incineración (GAIA), Ana Rocha, que “un no tratado es mejor que uno malo y que no se cumpla”.

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Por qué no hubo acuerdo

Las razones del no acuerdo son múltiples. Algunos responsabilizan a países productores de petróleo y plásticos como Arabia Saudita, Rusia, Estados Unidos y China. Otros señalan que uno de los puntos más controvertidos es la necesidad de definir si el tratado debe cubrir toda la vida útil del plástico (desde la producción hasta la eliminación), así como el financiamiento.

De todos modos, el proceso de negociación exige consenso, y eso hace que los grupos vinculados con el petróleo, la industria plástica y/o química, presionen para frenar los avances que reclaman otros grupos como la Coalición de alta ambición (países de África, Europa, América Latina y el Caribe).

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Para Verónica Ramos, directora de Ecoplas, una organización que promueve el uso sustentable del plástico en la industria, pese a no haberse logrado un acuerdo, “hubo avances en cuestiones importantes como impulsar compromisos basados en la ciencia, que contemplen la responsabilidad extendida del productor, la adecuación de la gestión de residuos a las realidades nacionales - evitando el enfoque único-, y la necesidad de financiamiento para infraestructura de reciclado en países de ingresos medios y bajos”.

Desde Unplastify, una empresa social que busca minimizar el uso de plásticos descartables “un acuerdo global es posible, pero, en ese proceso, la presión de la sociedad civil, de las comunidades científicas y de los países comprometidos con un Tratado Global ambicioso es fundamental”, señalan.Andrés Abreu y Camila Astesana, del área de Políticas Públicas de la firma.

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Un problema en aumento

La producción, consumo y descarte de residuos, mayormente plásticos, viene aumentando exponencialmente. “Según el último informe del Waste Management Outlook, de continuar los actuales patrones de producción y consumo, el mundo va a generar en 2050 178% más de residuos que en 2020. O sea, unas 3.172 billones de toneladas”, advierte Atilio Savino, vice presidente de la Asociación de Residuos Sólidos (ARS) y miembro de la Asociación Internacional ISWA, que organizará en octubre el Congreso Mundial de Residuos en Buenos Aires.

En tanto, si bien son en su mayoría reciclables, la tasa efectiva de reciclado de plásticos no supera en promedio en el mundo el 10%, según datos de UNEP/ PNUMA.

En este contexto, crece la preocupación por los impactos -no solo ambientales, sino en la salud animal y humana- de los plásticos y sus componentes químicos. El informe “Plásticos, salud y un solo Planeta”, elaborado por WWF (representada en Argentina por Fundación Vida Silvestre) y la Universidad de Birmingham, sintetiza 200 estudios científicos sobre los riesgos de la contaminación plástica para la salud humana y ambiental. Este trabajo evidencia que los micro y nano plásticos (MnP) y los aditivos químicos que contienen, están vinculados a alteraciones endócrinas, cánceres relacionados con hormonas (como el de mama y testículo), problemas reproductivos, infertilidad y afecciones respiratorias crónicas.

Estudios indican que las personas consumimos en promedio, una tarjeta de crédito por semana a través de micro plásticos”.
Diego Albareda, coordinador de Paisajes Costero
Marinos de Fundación Vida Silvestre

Diego Albareda, coordinador de Paisajes Costero - Marinos de Fundación Vida Silvestre, explica que “los residuos plásticos, sean macro o microplásticos, ya contaminan todos los ambientes naturales y se han incorporado a la cadena alimenticia de muchas especies, incluidos los humanos. La contaminación por plásticos es hoy una cuestión de salud pública: a través de alimentos y bebidas incorporamos pequeñas partículas plásticas que se distribuyen y acumulan en nuestro organismo. Estudios indican que las personas consumimos en promedio, una tarjeta de crédito por semana a través de micro plásticos”.

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Soluciones a la vista

Así las cosas, enfrentar el desafío de los residuos plásticos requiere un enfoque de ciclo de vida basado en la economía circular, el ecodiseño y la responsabilidad compartida en toda la cadena de valor.

En este sentido, los principios de ISWA (International Solid Waste Association) son claros: “Prevenir la generación de residuos plásticos debe priorizarse sobre su gestión. Abogamos por enfoques científicos, prácticos, basados en la evidencia e inclusivos para erradicar la contaminación plástica”, apunta Atilio Savino.

“Necesitamos un acuerdo global vinculante que minimice los plásticos desechables de corta duración y elimine aquellos que contienen sustancias químicas preocupantes. Se debe hacer hincapié en las fases de diseño, producción, consumo y fin de vida útil”, destaca el referente de ARS e ISWA.

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

En tanto, ISWA también propone establecer objetivos de reducción de plástico per cápita y promover menor diversidad de polímeros plásticos comercializados para facilitar su clasificación, tratamiento y reciclado.

Los esquemas de EPR (Responsabilidad Extendida del Productor) deben volverse obligatorios, transparentes, integrales, rastreables y verificables, asegurando que los fabricantes asuman la responsabilidad por las fugas de plástico y la gestión del final de su vida útil. Asimismo, “las soluciones deben adaptarse a los contextos locales, con tecnologías e intervenciones basadas en los sistemas ya existentes”, apuntan desde la entidad organizadora del Congreso Internacional de Residuos Sólidos.

En Argentina, diversos proyectos de Leyes de Envases y de Responsabilidad Extendida del Productor han quedado “cajoneados” en el Congreso o perdieron Estado Parlamentario una vez que fueron presentados. Una de las iniciativas, impulsada por las cooperativas de recicladores urbanos, es la Ley de Envases con Inclusión Social, que promueve la responsabilidad extendida del productor, incluyendo todo el ciclo de vida de los envases y no solo la fase posconsumo.

"El plástico es para siempre" ("Plastic is Forever"), exhibición fotográfica de la ONU. Foto: un.org

Verónica Ramos, de Ecoplas, coincide en “la necesidad de una Ley de Responsabilidad Extendida del Productor que ponga reglas claras en la gestión de envases. Estamos de acuerdo en regulaciones, pero no en prohibiciones”, señala, y apunta que en Argentina hay unas 190 empresas recicladoras de plásticos, que generan más de 25.000 empleos directos e indirectos. Pero están trabajando al 50% de su capacidad instalada y podrían duplicar el volumen reciclado si existiera un sistema nacional de recolección diferenciada que asegure mayor caudal y calidad de materiales”.

Finalmente, Abreu y Astesana, de Unplastify, remarcan: “la única forma y la más eficaz de abordar el dilema de los plásticos es hacerlo desde su origen. El primer paso es reducir la producción y consumo, en especial de los plásticos de un solo uso y de corta vida útil así como eliminar el uso de aditivos tóxicos”.

Y mientras se logra un acuerdo global, “la transición hacia un mundo sin plásticos de un solo uso ya está ocurriendo desde abajo: en ciudades, empresas y organizaciones. Y esa ola va a empujar también a la diplomacia internacional”, afirman.