No todo es color de rosa: las suculentas también pueden enfermarse y morir si cometés este error común

Las suculentas son una de las plantas más elegidas para decorar interiores o embellecer el jardín, gracias a sus cuidados sencillos y a su fama de resistencia. Sin embargo, pocas personas consideran que pueden volverse vulnerables a plagas y enfermedades si no se tienen en cuenta algunos factores.
La diferencia entre una planta saludable y otra invadida por plagas suele estar en conocer algunos cuidados básicos que muchas veces se pasan por alto. Esta especie almacena agua en hojas, tallos o raíces, lo que les permite sobrevivir con poco riego, en ambientes secos o incluso con cierto descuido, una capacidad que la volvió muy popular entre principiantes.

Su atractivo también se debe a la variedad de formas que presentan: desde las rosetas compactas de Echeveria hasta los tallos colgantes de Sedum o Senecio, su diversidad las convierte en protagonistas de cualquier espacio. Sin embargo, esta resistencia no las hace invulnerables: muchas plagas comunes en interiores las encuentran especialmente atractivas y pueden dañarlas si no se detectan a tiempo.
Las plagas más comunes que pueden afectar a las suculentas
Entre los enemigos más frecuentes se encuentra la cochinilla algodonosa, que se instala en la base de las hojas y se alimenta de la savia, debilitando la planta. Su apariencia blanca y algodonosa puede pasar desapercibida al principio, y cuando se nota, el daño ya puede ser considerable.
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También el pulgón ataca brotes tiernos o flores, succionando savia y transmitiendo virus. Otros problemas incluyen ácaros o trips en ambientes muy secos, y hongos como oídio o pudrición de raíces si hay exceso de humedad.

Cómo prevenir estos problemas
Sin embargo, muchos de estos problemas no son por fragilidad de la planta, sino por excesos en los cuidados: riegos demasiado frecuentes, macetas sin drenaje adecuado o falta de ventilación suelen ser el origen de la mayoría de las enfermedades.
Para mantener las suculentas sanas, lo más importante es respetar su ritmo natural. Prefieren riegos espaciados, solo cuando el sustrato esté completamente seco, macetas con buen drenaje y suficiente luz.
Además, revisar periódicamente hojas y tallos ayuda a detectar plagas a tiempo, y la limpieza manual con alcohol o el uso de jabones potásicos o insecticidas naturales puede controlar infestaciones iniciales. También, mantenerlas al aire libre en primavera y verano fortalece sus tejidos y reduce la presencia de insectos.

En definitiva, las suculentas no son indestructibles, pero tampoco delicadas. Con los cuidados adecuados y respetando su naturaleza, siguen siendo plantas fáciles de mantener y perfectas aliadas para decorar cualquier espacio.


















