Comida química: investigadores quieren convertir dióxido de carbono en proteínas comestibles

Un grupo de investigadores de Dinamarca construirá una planta en la que el dióxido de carbono (CO2) se va a transformar en alimento para humanos, según informó el portal danés "Videnskab", especializado en temas científicos.
Las primeras pruebas se harán en la localidad de Foulum, dónde ya existe una planta de biogás que se unirá al nuevo edificio, el cual terminará de construirse dentro de un año.
¿Cómo será el proceso de transformación?
El procedimiento para convertir los gases nocivos en proteína comestible consiste en que elCO2 resultante de la quema del biogás se transfiera a un biorreactor, donde se agrega hidrógeno y oxígeno obtenido desde moléculas de agua.

Imágenes emisión de gases contaminantes. Foto: Unsplash
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Luego, el dióxido de carbono y el hidrógeno se une en otro tanque a microorganismos acetógenos que convertirán las partículas en acetato. En el último paso, se agregan levaduras y oxígeno, así las moléculas se convierten en alimento.
Cuándo el CO2 ya haya pasado por el tratamiento, podrá ser procesado y usado para elaborar productos cárnicos y otros tipos de alimentos. Estos productos podrían ser testeados por los humanos dentro de tres años, expresó el investigador jefe del proyecto, Alfred Spormann.
El calentamiento global y las emisiones contaminantes
La iniciativa de los científicos daneses pretende solucionar dos problemas al mismo tiempo: transformar los gases que contaminan la atmósfera en algo que beneficie a los humanos y terminar con el hambre en el mundo.

Pobreza infantil y falta de alimento. Foto: NA
"Se emite mucho CO2 a través de la producción de productos animales y al mismo tiempo carecemos de suficientes alimentos para alimentar de forma sostenible a toda la población humana del planeta", afirmó Spormann.
Por otro lado, el profesor de microbiología y biotecnología Jeppe Lund Nielsen señaló que estos productos no llegarán a las personas tan pronto y que si el proyecto funciona y es “económicamente beneficioso”, puede tener grandes consecuencias para la producción de comida a futuro.