Masa fina, piso crocante y una salsa única: la pizzería furor de Chacarita con una carta reversionada e imperdible

Las delicias de las pizzas. Foto: Unsplash.

En una esquina del barrio porteño de Chacarita, sobre la Avenida Jorge Newbery, hay un local que noche tras noche, la fila en la vereda anticipa lo que sucede puertas adentro: Culpina, una pizzería que nació sin demasiadas pretensiones, pero que se convirtió en uno de los íconos de Buenos Aires.

Su propuesta es clara y efectiva: pizzas de masa fina, piso crocante y una salsa hecha con tomates mendocinos. Sin ingredientes de moda ni fórmulas rebuscadas, Culpina se suma a un fenómeno que va ganando terreno en la Ciudad: el regreso de la pizza a la piedra.

Un clásico de la gastronomía argentina, la pizza. Foto: Instagram/@blossom.resto

Culpina abrió en 2020, en plena pandemia. Eduardo Álvarez y Pablo Fridman, sus dueños, no imaginaban por entonces que esa decisión, tomada más por impulso que por estrategia, iba a crecer tanto.

Venían de una experiencia previa, Condarco, que les sirvió de campo de prueba. Cuando se liberó un local en Chacarita, Eduardo decidió tomar el riesgo. "Por momentos pensé que lo mejor era no abrirlo al público, pero algo me decía que tenía que intentarlo", cuenta hoy.

El nombre, como en su primer proyecto, es un guiño a una calle. Y también a una manera de hacer las cosas: sin marketing, sin promesas grandilocuentes, pero con constancia y sentido.

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La clásica de muzzarella, delicia asegurada

La carta de Culpina es breve y se mantiene estable. No hay platos que vayan y vengan según las tendencias, pero sí pequeñas variaciones que responden al clima o al proveedor. En verano hay higos, en invierno puede haber repollitos, siempre en combinación con quesos como roquefort o sbrinz.

Entre las opciones más elegidas está la clásica de muzzarella, que se vende entera o por porción, como todas las de la carta. También destacan la fugazzetta con cebolla y aceitunas negras; la napolitana con pesto, tomate natural y aceite de ajo; y versiones menos comunes como la de cinco quesos o la de papa confitada.

Los precios oscilan entre los $20.000 y $30.000 por pizza completa, y las porciones individuales rondan los $3.000. También hay fainá y empanadas para completar la experiencia.

La propuesta de bebidas sigue la misma línea que la cocina: sencilla, directa y sin complicaciones. Hay vermouth con soda, cerveza tirada, vino por copa o por botella, fernet con coca y algunas opciones sin alcohol. Nada de cartas interminables ni etiquetas pretenciosas. 

Eduardo Álvarez no pensó Culpina como un concepto gastronómico ni como un proyecto diseñado para seguir tendencias. Fue más bien una decisión intuitiva: un local que se liberó, una idea sencilla y el deseo de tener algo propio. Sin grandes planes, sin fórmulas. Con el tiempo, ese impulso se convirtió en rutina, y la rutina en una forma de vida. 

En Chacarita se sitúa uno de las mejores pizzerías de Buenos Aires. Foto: pizzahut.com.ec

Culpina no busca competir con las grandes pizzerías ni recrear una tradición idealizada. Su apuesta es simple y concreta: funcionar todos los días, mantenerse en el tiempo y tener sentido para quien cocina y para quien come. El restaurante se encuentra en Av. Jorge Newbery 3791, Chacarita, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.