La calle más impronunciable de CABA: tiene 5 letras, está en Palermo y su nombre se remonta a la independencia

Si hay un barrio que llama la atención y genera todo tipo de debates en la Ciudad de Buenos Aires, ese es Palermo. Con 15,6 km² de superficie, es el de mayor extensión y con la particularidad de tener varios “sub-barrios” no oficiales.
En uno de ellos se encuentra lo que podríamos denominar la calle “más difícil de pronunciar de CABA”, mote que se lo da su extravagante y corto nombre del cual poco se conoce. Con solo seis cuadras, también tiene su propia historia.

La calle más impronunciable de CABA
Hablamos de la calle Vidt que cuenta con tan solo seis cuadras de extensión. Su inicio está en Soler, a poco metro del Centro Cultural Borges, y finaliza tras cruzar la famosa Avenida Santa Fe. En este último tramo predominan los edificios antiguos y, por más raro que parezca, no transitan tantos autos como sí en el resto de la zona.
Entre la Avenida Santa Fe y Arenales, numeración 2100 a 2200, dista mucho de sus cuadras hermanas e incluso se lo podría catalogar como un pasaje independiente. Sus edificaciones de estilo francés decoran y embellecen la zona y en la esquina de la avenida, del lado impar de Vidt, se divisa un edificio que sobresale de otras construcciones.
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A la altura 2180 hay una construcción que lleva grabado “Perrot Somaschini ingenieros civiles” y del lado par del pasaje, en la numeración 2124, se encuentra una tintorería clásica que sobrevive a las décadas y al paso de época: Tintorería Tokio, atendida por su dueño.
¿Por qué se llama Vidt?
Vale aclarar que el nombre completo de la calle es Jorge Enrique Vidt y es un homenaje a uno de los coroneles que luchó en la guerra de la Independencia. Su tarea más destacada tuvo lugar en lo que hoy es el norte del país, fue segundo y sucesor de Martín Miguel de Güemes al mando de las milicias salteñas. Pero su historia comienza en Europa.
Vidt no era de estas tierras, había nacida en Alsacia, Estrasburgo, el 2 de agosto de 1772. Peleó en el ejército de Napoleón Bonaparte y tras la batalla de Waterloo, en 1815, emigró a Estados Unidos. Dos años después, para 1817, emprendió viaje a las Provincias Unidas del Río de la Plata y fue incorporado al Regimiento de Dragones de la Nación con el grado de capitán.

Al tiempo sirvió a las fuerzas del caudillo salteño, aunque regresó a los Dragones con el grado de coronel y en 1821 se convirtió en mayor general del Ejército del Norte. Volvió a las filas de Güemes como Jefe del Estado Mayor de su ejército y al morir este lo nombró comandante en jefe del ejército provincial. Prestó servicio allí hasta el 14 de febrero de 1824, pero debió irse tras quedar implicado en el complot para derrocar al gobernador, el general Arenales, y se marchó a vivir a Inglaterra.
En una carta fechada el 8 de abril de 1866 dio la última fecha sobre su destino: fue firmada en Estrasburgo y dirigida al general Dionisio Puch, haciendo suponer que falleció en su ciudad natal, aunque no se conoce fecha.