Cónclave por la muerte de Francisco: cuándo se elige al próximo papa y cómo es el riguroso proceso

Desde la primera votación hasta la icónica fumata blanca, el paso a paso detrás de esta decisión está envuelto en siglos de historia, normas estrictas y simbolismos.

Por Evelyn Quinteros Rios

Lunes 21 de Abril de 2025 - 09:51

Papa Francisco; Vaticano. Foto: Reuters/Remo Casilli. Papa Francisco; Vaticano. Foto: Reuters/Remo Casilli.

La elección de un nuevo papa es un evento trascendental dentro de la Iglesia católica y capta la atención del mundo entero. Cada vez que el puesto queda vacante por renuncia o fallecimiento, los cardenales se reúnen a puerta cerrada en la Capilla Sixtina para decidir quién será el próximo líder espiritual de más de mil millones de fieles.

Con la noticia del fallecimiento del papa Francisco, se iniciará, en un plazo de entre 15 y 20 días, un nuevo cónclave: el proceso mediante el cual se elige al sucesor de San Pedro. Este procedimiento, regido por normas que evolucionaron a lo largo de los siglos, se lleva a cabo bajo estricta confidencialidad.

El papa  Francisco y su audiencia semanal en el Vaticano. Foto: ReutersEl papa Francisco. Foto: Reuters.

Los cardenales electores que votarán al nuevo Papa en el próximo cónclave. Foto: Reuters/Remo Casilli.

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¿Cómo se desarrolla un cónclave en la actualidad?

Cuando un papa fallece o renuncia, se inicia un periodo de sede vacante en el que el gobierno de la Iglesia recae en el Colegio Cardenalicio. Entre 15 y 20 días después de la vacante, los cardenales se reúnen en Roma para dar comienzo al cónclave, luego de elegir en común acuerdo el día exacto de inicio.

Durante este tiempo, residen en la Casa de Santa Marta y realizan sus votaciones en la Capilla Sixtina, un recinto que es rigurosamente aislado del mundo exterior para garantizar la confidencialidad del proceso.

El día antes de la votación, los cardenales celebran una misa solemne y juran mantener el secreto sobre todo lo que ocurra dentro del cónclave. A partir de ese momento, se prohíbe cualquier contacto con el exterior.

Durante las votaciones, cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta y la deposita en un cáliz sobre el altar de la capilla. Luego, las papeletas son contadas y, si ningún candidato obtiene los dos tercios de los votos, se procede a una nueva votación.

Si no se alcanza una decisión tras tres días de deliberaciones, se realiza una jornada de oración antes de retomar la votación. En caso de que la indecisión persista, las reglas establecen que se puede reducir la elección a los dos candidatos con más votos, simplificando el proceso.

Papa Francisco. Foto: Reuters

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El humo blanco y la proclamación del nuevo Papa

Una de las tradiciones más emblemáticas del cónclave es la quema de las papeletas tras cada ronda de votación. Si no se eligió todavía a un Papa, se añaden productos químicos a la quema para producir humo negro, lo que indica a los fieles que aún no hay decisión.

En cambio, cuando un candidato obtiene la mayoría requerida, las papeletas se queman sin aditivos, generando el esperado humo blanco que anuncia la elección de un nuevo pontífice. Una vez concluida la elección puertas adentro, se le pregunta al nuevo papa si acepta y qué nombre desea tomar.

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono pronuncia la famosa frase Habemus Papam (Tenemos un Papa) y presenta al mundo al nuevo líder de la Iglesia católica. El papa recién elegido, vestido de blanco, aparece por primera vez ante los fieles para impartir su bendición apostólica.

Plaza de San Pedro. Foto: Reuters. Plaza de San Pedro. Foto: Reuters.

El último cónclave tuvo lugar en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI. Luego de cinco rondas de votación, el 13 de marzo de ese año, el humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo la elección de un nuevo papa.

Jorge Mario Bergoglio, cardenal de Buenos Aires, fue el elegido y él mismo escogió el nombre Francisco I, convirtiéndose en el primer pontífice de origen latinoamericano en la historia de la Iglesia.

El papa Francisco pidió por una tregua global. Foto: EFE. El papa Francisco. Foto: EFE.

Este cónclave también se caracterizó por un curioso evento: poco antes del anuncio oficial, una gaviota blanca se posó sobre la chimenea de la Capilla Sixtina, lo que muchos interpretaron como un símbolo de paz y esperanza.

El papa Francisco asumió el 13 de marzo de 2013. Foto: Archivo NA

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Los orígenes del papado y la elección del sucesor de San Pedro

El papado tiene sus raíces en la figura de San Pedro, a quien la Iglesia católica considera el primer papa. Según la doctrina, Jesucristo le otorgó la autoridad sobre su comunidad de seguidores, estableciendo un linaje espiritual que se ha mantenido hasta la actualidad.

Durante los primeros siglos del cristianismo, los papas eran elegidos de manera más informal, con la participación del clero y los fieles de Roma. Sin embargo, este sistema no estuvo exento de controversias y disputas.

Con el tiempo, la elección papal se convirtió en un proceso cada vez más reglamentado. En el siglo XI, el papa Nicolás II estableció el papel de los cardenales como únicos electores del pontífice, lo que redujo la injerencia de la nobleza y el clero local.

Esta decisión sentó las bases del Colegio Cardenalicio, organismo que hoy en día es el encargado de elegir al sucesor de San Pedro.

Papa Benedicto XVI la última vez que se dirigió al público_Reuters El papa Benedicto XVI, la última vez que se dirigió al público. Foto: Reuters.

Cardenales que votarán en el próximo cónclave y que elegirán al nuevo Papa. Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane.

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La evolución del cónclave y la regulación de la elección papal

El término "cónclave" proviene del latín cum clave, que significa "con llave", haciendo referencia al encierro estricto al que son sometidos los cardenales durante la elección papal. La necesidad de esta medida surgió debido a los prolongados periodos de sede vacante que, en ocasiones, generaban conflictos e incluso guerras dentro de la cristiandad.

En 1179, el papa Alejandro III estableció que la elección debía contar con una mayoría de dos tercios para ser válida, una regla que perduró hasta la actualidad.

A su vez, y a lo largo de los siglos, los papas introdujeron modificaciones en el proceso, como la limitación del número de cardenales electores, fijado en 120 por Pablo VI en 1975, y el establecimiento de un límite de edad de 80 años para participar en la votación, decretado en 1970.

La última renuncia papal antes de la de Benedicto XVI en 2013 se había producido en 1415, cuando Gregorio XII dejó el cargo en un intento por resolver el Cisma de Occidente. Por ello, la dimisión de Benedicto XVI marcó un hecho histórico que puso a prueba el mecanismo de sucesión en circunstancias inusuales.

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