Piedras negras en el limonero: el beneficio desconocido que otorga colocarlas en la base del árbol

El limonero es uno de los árboles más plantados en los jardines, pero también es uno de los que más necesita de cuidados especiales. Es fundamental que quienes lo tengan en casa conozcan las diferentes técnicas para mantenerse en buen estado.
Una de las técnicas para mantener el árbol de limones es colocar piedras negras en la tierra, una técnica que ayuda al drenaje, el control de la temperatura y hasta le da una estética especial al árbol.
Qué función cumplen las piedras negras en el limonero
Uno de los beneficios es el drenaje, ya que colocar piedras en la maceta facilita la evacuación del exceso de agua y, además, impide que las raíces del limonero se pudran. Además, las piedras en la tierra generan una barrera que reduce la evaporación del agua por el sol y el viento, y ayuda a que el limonero retenga la humedad.

Otro beneficio de colocar piedras en la maceta es el control de la temperatura, ya que el color negro de las piedras ayuda a absorber el sol, manteniendo un suelo fresco en cualquier época del año.
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Por último, y no menos importante, las piedras en la maceta pueden estabilizar las plantas altas o aquellas que tienen raíces más débiles, proporcionando más firmeza a la base.
Los consejos útiles para que un limonero dé más frutos
Uno de los primeros aspectos a considerar es el sustrato. El limonero necesita un suelo bien drenado y rico en nutrientes. Si está en maceta, conviene renovar la capa superficial del sustrato; en cambio, si está en tierra, se recomienda agregar compost alrededor de la base para mejorar su fertilidad.
La nutrición también juega un papel clave. En esta época del año, el limonero requiere un fertilizante completo, rico en nitrógeno, fósforo y potasio. El nitrógeno fomenta un follaje saludable, el fósforo impulsa la floración y el potasio contribuye a obtener frutos más grandes y jugosos.

El riego es otro punto fundamental. Durante la primavera, la planta necesita más agua que en invierno, pero hay que evitar los excesos. La tierra debe mantenerse húmeda, nunca encharcada, ya que el exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces.
La ubicación también influye en la producción. El limonero necesita abundante luz solar, al menos seis horas diarias de luz directa. Si se cultiva en maceta, es importante ubicarlo en un lugar soleado, ya que la falta de luz afectará la floración y reducirá la cosecha.