Convertir un basural en un parque temático del reciclado: los casos de Alemania y Argentina

En el camino hacia una economía circular, donde los materiales no son desechados sino que se reutilizan o transforman en materias primas para nuevos procesos productivos, los antiguos basurales pueden transformarse en centros de educación e innovación tecnológica a partir del reciclado: dos casos destacados, en Argentina y en Alemania.
Tanto el parque temático Metabolon, en Alemania, como el complejo ambiental Anchipurac, en la provincia argentina de San Juan son ejemplos de esa transformación.

Del relleno sanitario al parque temático
Ubicado a unos 50 kilómetros de la ciudad alemana de Colonia y su famosa Catedral Gótica, el parque temático Metabolon surgió en 2010 a partir de la decisión de cerrar un gigantesco relleno sanitario de 39 hectáreas.
De hecho, uno de los atractivos es subir la “Müllberg” (montaña de basura, en Alemán, formada por desechos acumulados durante décadas), que hoy tiene 365 escalones. Uno por cada día del año.
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Al ser un parque educativo, además de deportivo, la montaña cuenta con estaciones de descanso donde contenedores interactivos relatan el origen de los materiales que se desechan y cómo se pueden reaprovechar.

Desde la cima se accede a una vista panorámica de todo el predio, que actualmente funciona como centro de reciclado y de valorización energética, y también es posible deslizarse en un tobogán doble de 110 metros de longitud.
El parque, de propiedad público-privado y acceso gratuito, es visitado por más de 50 mil personas por año, de las cuales casi la mitad son niños y jóvenes. Cuenta con senderos arbolados, un centro de interpretación, cafetería, biblioteca, salas de reuniones, y laboratorios de innovación donde se desarrollan y ensayan nuevos biomateriales y sistemas de remediación ambiental, gracias a un acuerdo con la Universidad de Artes y Ciencias de Colonia (TH Köln).

También hay un sector de “Tiny Houses” (casas mínimas, de 20 m2), construídas con materiales sustentables como madera y eco-bloques, provistas de paneles solares y un sistema de reutilización del agua. En estas viviendas, que son prototipos, viven algunos de los estudiantes y trabajadores del parque.

En San Juan, del basural al centro ambiental
Al pie del cerro Parkinson, en el desierto sanjuanino, El Centro Ambiental Anchipurac se construyó en un predio donde antes existía el mayor basural de la provincia.
El predio, que hoy es visitado por turistas y escuelas, fue diseñado bajo los criterios de arquitectura bioclimática y sustentable. El 40% de su edificación principal se encuentra por debajo del nivel del terreno natural. Esto permite una mayor aislación térmica; y por su ubicación y sistemas de iluminación y ventilación natural, aprovecha la luz y el calor del sol en las diferentes estaciones del año. Además, utiliza energías limpias y renovables (solar fotovoltaica y geotérmica); fue construído con materiales locales y reutiliza las aguas grises.

Por otra parte, a partir de un acuerdo con el Conicet y diversas instituciones, en el parque funcionan un Centro de Monitoreo Ambiental que recopila datos relacionados con los recursos naturales de la provincia, (aire, agua y suelo); la Agencia de Cambio Climático, que estudia sus impactos y elabora estrategias de mitigación y adaptación, y un Observatorio de Residuos Sólidos Urbanos que investiga y aplica innovaciones en la gestión de los mismos.
También funciona en el predio un Parque de Tecnologías Ambientales donde los residuos generados en nueve municipios de San Juan son separados, clasificados y recuperados para reciclaje o dispuestos como relleno sanitario. Próximamente se instalarán allí empresas y cooperativas que se encargarán de elaborar nuevos productos a partir de las materias primas recicladas.
