¿Más que un amigo fiel?: qué dice la psicología sobre tener un perro caniche como mascota

Detrás de su pelaje rizado, los caniches esconden un poder inesperado sobre tus emociones y tu bienestar psicológico, según estudios recientes. Conocé cuáles son y por qué se los considera unos verdaderos compañeros de cuatro patas.
Caniche, perros, mascotas.
Caniche, perros, mascotas. Foto: Freepik.

Los perros han sido considerados durante décadas los compañeros más fieles del ser humano, y la ciencia respalda cada vez más su influencia positiva en la salud emocional. Entre las distintas razas, el caniche se destaca por su capacidad para acompañar terapias psicológicas y contribuir al bienestar general de sus dueños.

Inteligente, afectuoso y sociable, este perro combina características que lo convierten en un aliado fundamental en contextos terapéuticos.

Caniche. Foto: Unsplash.
Los caniches son conocidos por ser muy inteligentes (la segunda raza más inteligente del mundo).

Estudios recientes en España demostraron que la presencia de un caniche puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, disminuir la presión arterial y el cortisol, y transformar situaciones tensas en momentos más relajados. Su interacción con los pacientes fomenta la confianza y la comunicación abierta, especialmente en quienes enfrentan dificultades para expresarse, como los adolescentes.

Los más jóvenes representan un grupo especialmente complejo en el ámbito de la psicología clínica, ya que a menudo les cuesta abrirse y compartir sus inquietudes. Factores como la exposición constante a la tecnología y el aislamiento vivido durante la pandemia del Covid-19 contribuyeron a aumentar los niveles de ansiedad y estrés.

En este contexto, la incorporación de perros en sesiones terapéuticas demostró ser una herramienta eficaz para crear un ambiente más distendido, donde los jóvenes se sienten más cómodos para interactuar y expresar sus emociones.

Su nombre proviene del término alemán "Pudel" (perro de agua). Foto: Canal26.com.

La presencia de caniches en grupos de terapia también potencia la interacción social sin generar presión sobre los pacientes. Su carácter afectuoso y su inteligencia permiten que las sesiones sean más fluidas y que los participantes se involucren de manera natural en la dinámica grupal. Además, estos perros ayudan a que los momentos de tratamiento sean menos rígidos y más positivos, facilitando la apertura y el progreso emocional.

Sin embargo, el impacto de los caniches no se limita a los espacios terapéuticos. En hogares para adultos mayores, su compañía contribuye a reducir la sensación de soledad y aislamiento, mejorando la calidad de vida de los residentes. Asimismo, en la asistencia a personas con discapacidad, los caniches ofrecen apoyo físico y emocional, ayudando en la movilidad, generando seguridad y brindando compañía constante.

Por estas razones, la psicología contemporánea reconoce al caniche no solo como un animal de compañía, sino también como un recurso valioso para mejorar la salud mental, emocional y social de distintos grupos de personas.

Su pelaje rizado y denso no suelta casi pelo y atrapa la caspa, lo que los convierte en una excelente opción para personas con alergias. Foto: Canal26.com.

Su capacidad para generar confianza, promover la comunicación y acompañar procesos terapéuticos lo convierte en una de las razas más indicadas para quienes buscan bienestar integral y compañía afectiva.

En definitiva, tener un caniche como mascota puede ir más allá de la amistad y el afecto: se trata de un compañero que contribuye activamente al equilibrio emocional y al desarrollo de vínculos saludables, tanto en el hogar como en entornos terapéuticos especializados.