Ni madreselva ni Rosa banksiae: la planta trepadora y rústica que transforma cualquier espacio en un paraíso floreado

Además de largar un aroma que envuelve cualquier jardín, es muy fácil de cuidar. Es la predilecta de los paisajistas y se adapta a distintos climas. Conocela en la nota.

Jazmín de leche
Jazmín de leche Foto: unsplash

Buscar una planta terpadora que resista cualquier época del año, que sea decorativa y de bajo mantenimiento es posible gracias al Jazmín de leche, una de las mejores opciones de los paisajistas para llenar de flores los jardines.

Jazmín de leche Foto: Canal 26

Conocida también como Trachelospermum jasminoides, esta planta tiene una belleza natural, sumada a su capacidad de adaptarse a distintos climas, lo que la convierte en una favorita tanto de los jardineros profesionales, como de quienes recién comienzan a experimentar con plantas.

Jazmín de leche Foto: unsplash

Originaria del sudeste asiático, el jazmín de leche se caracteriza por su follaje perenne —hojas verdes y brillantes todo el año— y sus flores blancas estrelladas que brotan en primavera y verano, con un perfume dulce y persistente que recuerda al jazmín común.

Jazmín de leche Foto: Canal 26

Aunque no pertenece al mismo género que el clásico Jasminum, comparte su fragancia y su aspecto delicado, pero con mayor rusticidad y menor exigencia de cuidados.

Jazmín de leche Foto: unsplash

Una de las principales virtudes del jazmín de leche es su adaptabilidad: crece tanto al sol como en media sombra y soporta sin problemas los cambios de temperatura, el viento y breves períodos de sequía. Esto la hace ideal para jardines urbanos o balcones expuestos.

Jazmín de leche Foto: Canal 26

Jazmín de leche: la planta versátil que decora los jardines más exigentes

Esta especie puede plantarse directamente en tierra o en macetas grandes, pero lo más importante, es guiar sus ramas sobre las pérgolas, las rejas o los muros para que comiencen a trepar y creen un efecto pared verde natural. Además, este jazmín tiene otras ventajas que la hace única:

  • Bajo mantenimiento: no requiere poda frecuente, solo una limpieza ocasional para mantener su forma.
  • Resistencia: tolera heladas leves y climas calurosos sin perder su follaje.
  • Decorativa todo el año: incluso sin flores, su follaje denso y brillante aporta color y textura.
  • Aliada del ecosistema: sus flores atraen abejas, mariposas y polinizadores, favoreciendo la biodiversidad urbana.
Jazmín de leche Foto: unsplash

Cuidados básico para disfrutarla en su máximo esplendor:

  • Regala con moderación, dejando secar la tierra entre riegos.
  • Usá un sustrato bien drenado y rico en materia orgánica.
  • Fertilizá en primavera con abono equilibrado o compost.
  • de las heladas intensas durante los inviernos más fríos.

Con su aroma inconfundible, su crecimiento vigoroso y su aspecto siempre verde, el jazmín de leche es una opción versátil y elegante para transformar paredes vacías, ocultar alambrados o simplemente llenar de perfume el aire de tu jardín. Una planta rústica, hermosa y agradecida que convierte cualquier rincón en un pequeño paraíso natural.