Investigan irregularidades en la entrada al país de diez valijas provenientes de un vuelo privado de Miami

Aeroparque fue testigo de un episodio que generó una causa judicial por posible contrabando.
Sospechas de contrabando en Aeroparque.
Sospechas de contrabando en Aeroparque. Foto: Captura.

El 26 de febrero pasado, un jet privado de la empresa Royal Class habría ingresado a Argentina con diez valijas que, según las investigaciones, no pasaron los controles de equipaje correspondientes.

Un dictamen de 60 páginas, que incluye capturas de pantalla, demuestra que el avión transportaba diez valijas, pero sólo se declararon cinco.

Parte del equipaje que no habría sido controlado en la Aduana. Foto: TN.

Un aspecto importante de la investigación preliminar que inició la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) es que era propiedad de la empresa que posee Leonardo Scatturice, un empresario con fuertes lazos con el Gobierno, incluido el rol de asesor de Santiago Caputo y enlace de Javier Milei con figuras como Trump y CPAC.

Las imágenes de este hecho, que generó una causa judicial por posible contrabando y múltiples irregularidades en la llegada y salida del avión, fueron reveladas por TN.

Allí se ve que el vuelo aterrizó en el Aeroparque Jorge Newbery en la mañana del 26 de febrero, con la pasajera Laura Belén Arrieta, gerente de operaciones corporativas de OCP TECH, y dos tripulantes: José Luis Donato Bresciano y Juan Pablo Pinto.

Dudas de contrabando por un avión proveniente de Miami

Los fiscales de la causa señalan que los pasajeros y sus equipajes no pasaron por los controles de equipaje ni fueron sometidos a revisión a través de los escáneres. Las imágenes muestran cómo personal aduanero “recondujo” a los tripulantes y la pasajera, permitiendo el acceso exclusivo del grupo sin control, a pesar de que otros pasajeros sí fueron inspeccionados.

Además, detectaron inconsistencias en los registros migratorios. Si bien se decía que el vuelo de entrada venía de Fort Lauderdale (KFLL), en realidad partió de Opa-locka (KOPF). A la salida, el 5 de marzo, el registro oficial de Migraciones indicó como destino Fort Lauderdale, Estados Unidos, pero el vuelo se dirigió a París, con una escala previa en el Aeropuerto de Tenerife Sur, en las Islas Canarias, España.

Por si fuera poco, no hubo registros de control continuo del avión mientras estuvo en el hangar de Aeroparque. Asimismo, aunque Royal Class afirmó que nadie ingresó a la aeronave durante su estadía, el Ministerio Público Fiscal analizó grabaciones de la Policía Federal y encontró “filmaciones parciales con huecos temporales” donde no fue posible monitorear la aeronave, y el procedimiento de “sellado” del avión “no tuvo ningún aval oficial”.