El error nocturno que acelera el envejecimiento y deja arrugas en el rostro: cuál es y cómo evitarlo

Desde la postura hasta el tipo de almohada, pasando por la rutina de cuidado facial y los hábitos diarios, todo influye en el proceso de envejecimiento. Conocé qué podés hacer mientras descansás para prevenirlo.
El error nocturno que acelera el envejecimiento
El error nocturno que acelera el envejecimiento Foto: Freepik

El paso del tiempo deja marcas en la piel que reflejan la historia de cada persona, pero la ciencia y la medicina continúan explorando formas de retrasar la aparición de arrugas y mantener una apariencia saludable por más tiempo.

Más allá de los tratamientos cosméticos y las rutinas de cuidado diario, una recomendación poco habitual comienza a cobrar fuerza: prestar atención a cómo dormimos.

Descansar boca abajo o de costado ejerce presión repetida sobre el cutis Foto: Freepik

¿Dormís bien?: un simple error puede estar dejando arrugas en tu rostro

El Dr. Louis A. Cona, especialista en medicina regenerativa y director de una clínica estadounidense de terapias celulares, sostiene que la posición al dormir tiene un impacto directo sobre la piel del rostro.

Según explica, descansar boca abajo o de costado ejerce presión repetida sobre el cutis, lo que a largo plazo puede favorecer la formación de arrugas. Por esta razón, sugiere adoptar la postura de dormir boca arriba como medida preventiva.

Esta posición, además de reducir el contacto directo del rostro con la almohada, permite una mejor absorción de cremas y tratamientos aplicados antes de acostarse.

“También se recomienda el uso de fundas de almohada de seda, ya que este material genera menor fricción que el algodón y contribuye a preservar la suavidad y elasticidad de la piel”, señala Cona.

Pero el cuidado de la piel no se limita al descanso nocturno. La alimentación cumple un rol fundamental en la prevención del envejecimiento cutáneo. El especialista enfatiza la importancia de seguir una dieta rica en antioxidantes, presentes en frutas frescas, vegetales de hoja verde y cereales integrales.

Estos compuestos ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas inestables que contribuyen al deterioro celular. En este sentido, Cona alerta sobre la proliferación de productos antiedad que prometen resultados inmediatos.

No existen soluciones mágicas. Los tratamientos eficaces requieren constancia, tiempo y realismo en las expectativas. Los productos que afirman eliminar arrugas de forma instantánea rara vez cumplen lo que prometen”, afirma.

Una recomendación poco habitual: prestar atención a cómo dormimos Foto: Freepik

Otro factor determinante es la actividad física regular, que mejora la circulación, oxigena los tejidos y tonifica los músculos, incluidos los del rostro. El ejercicio también reduce el estrés, un enemigo silencioso de la salud de la piel, ya que puede desencadenar procesos inflamatorios y acelerar el envejecimiento.

Si bien ninguna de estas prácticas borra las arrugas ya formadas, su efecto preventivo es importante. “El envejecimiento es inevitable, pero la forma en que cuidamos nuestro cuerpo puede hacer una gran diferencia en cómo lo transitamos”, concluye el Dr. Cona.

Por lo tanto, sumar hábitos simples como mejorar la postura al dormir, mantener una dieta saludable y ejercitarse puede ser una estrategia efectiva para envejecer con salud, sin depender exclusivamente de tratamientos invasivos o cosméticos.