Harvard explicó por qué nos olvidamos de los sueños: ¿hay relación con la salud mental?

Todas las personas sueñan, pero muchas no logran retener en la memoria los contenidos que su inconsciente genera durante el sueño.
Recordar o no los sueños, esa es la cuestión.
Recordar o no los sueños, esa es la cuestión. Foto: Freepik

A comienzos del siglo XX, Sigmund Freud instaló la idea de que en los sueños se despliega una parte oculta de la vida mental. Luego, la ciencia determinó que la creencia de que existen personas que no sueñan queda descartada, dado que lo que en realidad sucede es que no recuerdan.

El misterio de olvidar lo soñado capturó la atención de la ciencia moderna. Tanto es así que, desde la Harvard Medical School, los investigadores explican que recordar o no los sueños depende de factores biológicos y del modo en que atravesamos las etapas del sueño.

Los primeros segundos al despertar son clave para recordar los sueños. Foto: Freepik

Igualmente, otros psiquiatras sostienen que no recordar los sueños podría vincularse con bloqueos internos o con determinados estados emocionales, como la depresión. En algunos casos, incluso funcionaría como un mecanismo de evasión frente a lo que el inconsciente intenta manifestar, lo que termina limitando la riqueza de la vida psíquica. Por el contrario, recordar lo soñado de manera frecuente señalaría una mayor actividad del inconsciente destinada a procesar conflictos y tensiones.

Desde Harvard subrayan también que quienes recuerdan muchos sueños suelen despertarse más veces durante la noche y muestran mayor reactividad cerebral ante estímulos sensoriales –como el propio nombre– mientras duermen y al estar despiertos.

Cómo recordar los sueños, según científicos de Harvard

La memoria de los sueños resulta extremadamente fugaz: las áreas de memoria a corto plazo permiten recordarlos apenas unos segundos si no se ponen en palabras o se reactivan intencionalmente.

Robert Stickgold, director del Center for Sleep and Cognition en el Beth Israel Deaconess Medical Center, indica: “No se trata tanto de recordar, sino de despertar en el momento adecuado”. Según el especialista, el recuerdo se facilita cuando la persona se despierta durante o al final de la fase REM (movimiento ocular rápido), una etapa en la que el cerebro está especialmente activo.

Durante la fase REM, se producen sueños especialmente vívidos. Stickgold señala que el recuerdo onírico requiere un despertar lento, con poco movimiento y sin distracciones externas.

“Cuando te despiertas por primera vez, no te levantes ni desvíes tu atención de otra cosa que no sea tu sueño”, explica Deirdre Barrett, profesora adscripta de psicología en Harvard. Incluso si parece que no hay nada que recordar, agrega: “Un sueño completo puede volver de repente si solo tomas un minuto para registrar cualquier imagen o sensación al despertar”.