Ícono de lo oscuro, entre el humor y los recuerdos
El líder del grupo Bauhaus, leyenda del gótico, se presentó por primera vez en Buenos Aires. En una noche donde no faltó la nostalgia, repasó nuevos y viejos temas, en un espectáculo divertido, sensual e intenso. Como su música.
Por Gabriela Michelini
Por Canal26
Jueves 12 de Febrero de 2009 - 00:00
Pleno centro porteño, con el sol veraniego de un 11 de febrero a las 20.30, cientos vestidos de riguroso negro se apilaban en la puerta del Gran Rex. ¿Motivo? La primera visita del padrino del gótico, el ex líder de la mítica Bauhaus, Peter Murphy.
El cantante explicó en escena que el recital marcaba el fin de sus shows retrospectivos, incluido en su pata latina de la “Retrospective Tour ‘09”. Y para que quedara bien en claro, la noche arrancó con uno de los himnos de su primera banda, “Burning from the inside”.
Con un humor que contrasta con el preconcepto lúgubre y depresivo del dark, Murphy llevó al público excitado por tener frente a sus ojos a la leyenda máxima del género a recorrer sus trabajos, pasando por una ola que empezó enérgica con temas como “Dissapearing” o “Gliding like a whale”, y luego se adentró en terrenos más oscuros con clásicos como “Time has nothing to do with it”.
Mientras entonaba con el dramatismo de su voz profunda, el desfile de gente se acercaba al escenario, invitada por un anfitrión entre incitador y divertido. “I’ll fall with your knife” trajo una nueva ola de histeria en el público, igual que cuando revivió el último trabajo de Bauhaus, con un tema de Go away White, “Black stone heart”.
Corte. La idea de retrospectiva incluía la revelación de las influencias de Murphy. La vuelta a escena trajo un cambio de look. Con cuello de plumas violeta, el legendario frontman de estética vampírica recordó a los momentos más glam de David Bowie, e interpretó una versión de “All we ever wanted was everything”, también de sus tiempos en Bauhaus.
Un nuevo cambio trajo aún más plumas, ahora con reminiscencias a Marc Bolan. Y así deleitó con la melancólica “Strange kind of love”, que de a poco se fue transformando en la más pedida por el público, el primer simple de su temprano grupo, “Bela Lugosi’s dead”.
Era claro, la noche estaba llegando a su fin. Para sorpresa de los presentes, que ya no volverían a sentarse, revivió “Transmission”, el clásico de sus contemporáneos y también íconos del dark Joy Division. Y lo revivió literalmente: por un momento, cantó y bailó como lo hacía Ian Curtis cuando juntos lideraban la escena inglesa del postpunk oscuro.
Pero todavía faltaba algo más. Murphy encarnó a otra de sus notorias influencias: el mismísimo Iggy Pop, con un cover de “Lust for life”.
De este modo cerró la noche, que ahora sí estaba oscura, densa y, ante todo, redundante en intensidad, tal como sonaba lo que había desaparecido de escena.