El obispo Maccarone había denunciado tareas de espionaje policial

Un video donde se mostraban imágenes comprometedoras del titular de la diócesis de Santiago del Estero con un joven de 23 años, provocó la rápida aceptación, de parte del Papa Benedicto XVI, de la dimisión presentada por el monseñor.

Un video que mostraría una relación íntima del obispo de Santiago del Estero, monseñor Juan Carlos Maccarone, con un joven mayor de edad provocó la renuncia esta semana del religioso, que disparó un nuevo escándalo sexual en la Iglesia argentina. La cinta fue entregada en los últimos días a las autoridades eclesiásticas, quienes —al comunicarse con Maccarone— recibieron de parte de éste la admisión del hecho y su propósito de renunciar.

Todo indica que una venganza política es la razón por la cual Maccarone fue grabado en esa cinta que nadie pone en duda. Tal es así que el Sumo Pontífice aceptó de inmediato la renuncia.

El obispo Juan Carlos Maccarone tenía, por ejemplo, una pésima relación con el matrimonio Juárez en Santiago del Estero.

La dimisión sorprendió porque Maccarone está lejos de los 75 años, la edad en la que los obispos deben elevar la renuncia (tiene 64 años). Tampoco se conocía que tuviera graves problemas de salud. Además, Maccarone es un religioso destacado, dueño de un gran nivel intelectual y apreciado por sus allegados. Aún se recuerda su paso como observador del Episcopado en la Convención constituyente del 94 o su participación en el Diálogo Argentino.
También llamó la atención la velocidad con la que la cuestión se resolvió. Fue en una cuestión de días, donde la presencia del Papa en Alemania —acababa de llegar— no impidió que fuera consultado. Paralelamente, se resolvió que el arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, fuera designado administrador apostólico de la diócesis santiagueña (una especie de interino) hasta que se nombre al sucesor de Maccarone.

La Conferencia Episcopal —que no se pronunció hasta ahora sobre el hecho— celebrará esta semana su reunión de mediados de año, donde analizará el tema.

Había denunciado espionaje

El renunciante obispo Juan Carlos Maccarone había denunciado que era sometido a permanentes tareas de "control y seguimiento" por la D 2 de la Policía de Santiago del Estero, en el marco de la causa en la que políticos, religiosos y periodistas acusaron a los ex gobernadores Carlos y 'Nina' Juárez por espionaje ilegal.

"Desde que tomé posición de la diócesis advertí que era vigilado por personal policial y ellos mismos se identificaban como tal, indicándome que tenían instrucciones de la superioridad de seguirme y controlarme en mis actividades pastorales", declaró Maccarone hace dos meses ante la Justicia Federal.

En un escrito presentado al fiscal federal Alberto Pravia, el ex prelado explicó que fue sometido a trabajos de espionaje cuando "visitaba parroquias, dialogaba con la feligresía, escuchaba inquietudes y transmitía la palabra de Dios". "Esta situación de control sobre el accionar eclesial ha sido soportada también por los sacerdotes de la diócesis de Santiagio del Estero y al ex gobernador de la provincia, Carlos Juárez, le hice llegar mis quejas verbales", añadió.

En declaraciones a las que Télam tuvo acceso, Maccarone dijo que su antecesor, Gerardo Sueldo, "denunció una galería de espionaje organizado sobre escuchas de sus homilías, que hieren la dignidad del hombre, condicionando la libertad del obispo y sacerdotes y los ciudadanos que eran sometidos a semejante régimen de seguimiento y control". Se trata de la causa de las más de 40 mil carpetas, que surgen de informes socio-ambientales, seguimientos y persecuciones hasta de la vida privada que se realizaban a personas elegidas, en su mayoría opositoras al gobierno provincial.

Con anterioridad, el fiscal Pravia apeló la falta de mérito dictada por el juez federal Angel Jesús Toledo al matrimonio Juárez, que durante varias décadas gobernó la provincia.
Las investigaciones surgieron tras la denuncia del ex policía Rubén Vivas, que durante cuatro años se desempeñó en la División Informaciones de la Policía de Santiago del Estero, popularmente conocida como D 2 y "Gestapo santiagueña".
La mayoría de los testimonios calificó de "ilegales" el espionaje al que se sometía a la gente sobre "amistades, lugares que habitualmente concurrían y hasta de comentarios a través de la prensa".

Los testigos también hicieron referencia a "escuchas telefónicas" y posterior de grabación de los diálogos que se lograban captar a través de "pinchaduras" en líneas de teléfonos, entre ellas las de empresas periodísticas del medio. La información "secreta" fue localizada a principio de 2004, en el edificio del D 2, de calle Sáenz Peña 568, de la capital santiagueña, lugar en el que la intervención federal procedió a la instalación de una oficina defensora de los derechos humanos y que el actual gobernador Gerardo Zamora mantiene su estructura.

En tanto, el sacerdote Sergio Lamberti, miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Obispado de Santiago del Estero, opinó que detrás de la renuncia de Maccarone "existen intereses para que nada cambie en la provincia, molestos por prédica de la iglesia". "No hay que hacer una mirada ingenua de lo sucedido y hay quet ener en cuenta que existen intereses que quieren que nada cambie, en contraposición con la mayoría de la ciudadanía de Santiago del Estero", añadió