Vacaciones: lo que cuesta comer en la exposición Rural

Para degustar alguna delicatessen de nuestro campo se puede arrancar con 20 pesitos pero los precios pueden trepar a $ 2.700 sólo por un vino. Se ofrece la exquisita carne de Kobe o chorizos empanados.

Por Canal26

Domingo 26 de Julio de 2015 - 00:00

Más allá del interés de los más chicos por tocar a los animales de granja o mini caballitos y ver a los grandes toros o a los pollitos, todo el trajinar por las calles de Palermo 2015 se interrumpía hoy indefectiblemente con las paradas gastronómicas, tanto regionales, camperas o bien gourmet.

En medio de un paseo de domingo, cuando no hay despliegue de actividades con políticos o de hacienda, un parate obligado, especialmente para los adultos deseosos de pecar culinariamente, está dado en el transitar de la llamada ‘calle del colesterol’, conformada por cinco puestos cargados de embutidos y quesos, que asaltan literalmente al caminante desprevenido.

Estos puestos se sitúan encajonados entre el pabellón Frers, paralelo a la avenida Santa Fe, y el sector de las Aves: allí abunda la longaniza tandilera, que cotiza a 80 pesos; el queso de campo a 140 pesos por kilo; o los pastelitos en la barata de dos por 20, entre otros miles de productos.

Muchos optan allí por la carne de cerdo o vaca, el vino patero y el queso campero, mientras analizan la opción que reporta la longaniza calabresa, con pimienta, o bien su prima española, cargada de pimentón rojo.

A unos metros, en coqueto corralón Frers, se planta la opción gourmet: con cerveza tirada Antares a modo de recepción, o bien los chorizos empanados de La Dorita, ambos ítems con un costo de 50 pesos. Todo esto, pegado al Museo de la Ciudad.

Este año, los food trucks (o cocinas ambulantes) ganaron su espacio en la edición 129 de la Rural. Hasta un puñado de mesas y bancos de madera se pueden llevar las pizzas de Troppic, los hongos al verdeo de Porto, la polenta blanca de la Kombi Red, los crepes de Bon Bouquet o bien los chips con chocolate caliente de un pequeño local montado sobre ruedas. En La Cabrera, se puede comprar la carne de vaca por la que deliran los japoneses, la hamburguesa de Wagyu, el vacuno estrella de la ciudad de Kobe, aunque en este caso sus proteínas fueron aportadas por pastura de la Pampa argentina.

También está la opción más onerosa, ser convidados por los hermanos chefs Petersen, que ofrecen en su restaurante una carta de vinos que cuenta con una botella que parte en los 200 pesos y tiene como límite, por suerte lo tiene, un techo 2.700 pesos por un intrigante caldo de vino.

Allí en las principalísimas mesas del Restaurante Central, la atención sin duda es esmerada, con blancos manteles y vajilla de porcelana para presentar el típico bife angus o bien unos langostinos, venidos del sur patagónicos para terminar cocidos en chapa, con sal y pimienta.
Sin embargo, para los de a pie, hay una opción fácil, la bondiola por 70 pesos con dorada mayonesa o bien el choripán con multicolor chimichurri por 55 pesos en los típicos carritos rojos próximos a la pista principal.