El Castillo de Cañuelas, tras años de abandono, tendría futuro definido: la fascinante historia de un monumento que pasó de empresa láctea a tenedor libre
Se encuentra entre las rutas 3 y 205. Pasó de ser una fábrica próspera a un tenedor libre, cómo terminó convirtiéndose en elefante blanco y los planes a futuro.

Entre la ruta 3 la 205 se encuentra una construcción en estado de abandono y destruido, ubicado sobre un predio de 4.861 m2 que cuenta con cinco pisos. Esa monstruosidad de cemento llama la atención de cualquiera que pase por ahí, guardando una historia de prosperidad y diferentes cambios que lo llevaron a su estado actual. Así fue el auge y caída del Castillo de Cañuelas.
A 55 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra la ciudad de Cañuelas, famosa por su actividad láctea, pero que también esconde otros mitos e historias. Una de ellas tiene que ver con su construcción más famosa que parece haber sido sacada de una aldea medieval de Inglaterra.

Un castillo en pleno siglo XXI
Con una estructura con recortes medievales y una chimenea imponente, se volvió un símbolo del lugar. Contando con un subsuelo de 600 m2 fue inaugurado en 1932 por Gustavo Eugenio Artaux, un industrial nacido en Francia que se especializaba en producir alimentos deshidratados.
Primero funcionó la empresa Finaco, que exportaba alimentos a Europa durante la Segunda Guerra Mundial como leche y huevos, llegando a tener 400 empleados y comercializar más de 80.000 litros diarios de leche y de 70.000 a 80.000 docenas de huevos. También produjo dulce de leche, mate cocido con leche, té en hebras, dulce de batata, dulce de membrillo, jaleas, mermeladas y cacao. En la década de 1950 incursionó en productos medicinales naturales.
La fábrica fue expropiada por el gobierno de Juan Domingo Perón y transferida a IMFASA. Frondizi autorizó a que continúe en funciones, pero en 1965 las variables económicas hicieron que la compañía quebrara.
Para 1986 el edificio fue adquirido por el empresario Néstor Corsi, abriéndose así un tenedor libre y un local bailable. Pero, de nuevo, el edificio quedó en estado de abandono desde fines de los 90 hasta hoy.

¿Qué será del “castillo” de Cañuelas?
En 2022 se conoció la noticia de que este gigante de cemento estaba puesto a la venta, pero todo quedó en la nada. Recién a mediados del 2024 resurgió un proyecto que buscaba devolverle su brillo. Esta iniciativa buscaba proteger el valor histórico y cultural del “Castillo”, si no también su importancia urbanística y social para la comunidad.
Pero recientemente se supo que se convertirá en un centro de seguridad. El Senado bonaerense aprobó la expropiación de “El Castillo”, la icónica exfábrica Finaco en las rutas 3 y 205.

Esta medida, ahora Ley, cierra años de abandono para el edificio, pero abre un debate sobre si respetará su legado histórico o será solo una oficina estatal. El proyecto propone convertir este coloso industrial de casi 100 años en un frío polo unificado de seguridad, tránsito y justicia.
Originalmente, se lo quería convertir en un centro cultural o turístico para Cañuelas, aprovechando su innegable valor arquitectónico y su rica historia.
De décadas de deterioro, pasa ahora al control del Poder Judicial, que aportará los fondos para su puesta en valor.


















