Israel y Palestina: las razones históricas de una guerra sin final

Un repaso detallado y completo que explica los por qué del actual conflicto en Oriente Medio, que tiene en vilo a toda la región y al mundo entero.

Por Marcelo García

Jueves 21 de Marzo de 2024 - 12:50

Israel y Palestina: las razones históricas de una guerra sin final. Foto: 26 Historia/Canal 26. Israel y Palestina: las razones históricas de una guerra sin final. Foto: 26 Historia/Canal 26.

El actual conflicto entre israelíes y palestinos se presenta como una interminable disputa territorial. Un argumento muy difundido sostiene que en el territorio del presente Estado de Israel residía un milenario pueblo árabe-palestino que fue desalojado a la fuerza por los judíos sionistas. Pero antes de de dar por cierta esta afirmación, deben analizarse los hechos históricos.

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Desde el siglo II, los romanos usaron la denominación de Siria-Palestina para la ciudad de Jerusalén y otras zonas cercanas, aunque eso no era correcto. En griego, Palestina quería decir Tierra de Filisteos, pero éstos nunca llegaron a ocupar más que un pequeño territorio en la costa mediterránea oriental, incluída parte de la actual Franja de Gaza, y ya no existían desde hacía siglos. Además los romanos habían conquistado el Reino de Judá al que nombraron como Provincia de Judea, dos nombres que quieren decir País de Judíos.

En aquellos tiempos los judíos conformaban una enorme población distribuida por todo el Mediterráneo y la gran preocupación de los romanos era que la popularidad de la ley de Moisés entre los pueblos oprimidos del imperio desembocara en una indeseada revolución en su contra. Para evitarlo lanzaron masivas matanzas de judíos, un hecho que se conoce como la Primera Guerra Judía, la Revuelta de la Diáspora y la Segunda Guerra Judía. Varias fuentes afirman que los romanos asesinaron más judíos que Adolf Hitler en tiempos del nazismo. Al terminar el genocidio y tras destruír Jerusalén en el siglo II, el emperador Adrián, fomentó la inmigración de griegos para poblarla y prohibió la entrada, bajo pena de muerte, a los judíos. Así, la ciudad fue renombrada como Aelia Capitolina y el área circundante como Siria-Palestina.

Genocidio armenio, imágenes de archivo. Foto: Prensa Armenia

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Idas y vueltas

En términos políticos, Palestina quiere decir, aquí no hay judíos, ni tampoco se permiten, pese a lo cual mucha población judía se quedó en su tierra santa y otros regresaron, mientras que los romanos siguieron refiriéndose al lugar como Judea. Con los años, el nombre Palestina cayó en desuso y ya no tuvo un claro referente. Bajo el imperio turco otomano, dominador desde el siglo XVI, no existía entidad administrativa o política alguna que fuera llamada Palestina. En el siglo XX, tras quitarle Oriente Medio a los turcos en la Primera Guerra Mundial, los británicos revivieron el nombre y crearon el mandato británico de Palestina.

Surge el interrogante: si el nombre de Palestina es una invención de los romanos y los británicos ¿quiénes son entonces los palestinos?

Zahir Muhzein, quien fuera jefe de operaciones militares de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP, actualmente conocida como la Autoridad Palestina, dio una posible respuesta. "Los árabes somos un solo pueblo. Es solo por razones políticas que apoyamos nuestra identidad palestina con cuidado, pues es de interés nacional que los árabes aprendan a promover la existencia de un Estado palestino independiente en oposición al sionismo. Es verdad, la existencia de una identidad palestina está ahí solo por razones tácticas. La fundación de un Estado palestino es una nueva herramienta para continuar la lucha contra Israel por la unidad árabe", aseguró.

Fundación del Estado de Israel en 1948. Foto: archivo Museo de Israel. Fundación del Estado de Israel en 1948. Foto: archivo Museo de Israel.

En sucesivos años de guerra, a partir de 1948, cada intento de varios países árabes fue sofocado por Israel y fue necesario un nuevo argumento, una efectiva estrategia de guerra política con altas dosis de terrorismo y diplomacia, para conseguir lo que la campaña militar abierta no lograba. La primera constitución de la OLP, creada en 1964; parece confirmar los dichos de Muhzein. En el artículo 2, la OLP definió a Palestina con las fronteras que tenía en tiempos del mandato británico; de 1922. De todos modos, la OLP ni siquiera adoptó realmente la definición británica, y en el artículo 24 de su Constitución afirma explícitamente que Judea, Samaria y Gaza, los territorios que reclama actualmente para su anhelado estado, no eran palestinos. Reza el mencionado artículo: "Esta organización no reclama soberanía territorial sobre Cisjordania en el Reino Hashemí de Jordania ni en la Franja de Gaza". En 1968, la OLP reescribió su constitución y en esa oprtunidad la definición de Palestina ya no excluyó a Gaza, Judea y Samaria. La OLP -en efecto- pasaba a reclamar esos codiciados territorios.

Lo sucedido a partir de 1964 explica ese cambio de rumbo: cuando la OLP escribió su primera constitución, Egipto ocupaba ilegalmente Gaza y Jordania hacía lo propio en Judea y Samaria; tras lo cual los árabes se lanzaron a la Guerra de 1967, más conocida como la Guerra de los Seis Días, una oportunidad aprovechada por los israelíes para ocupar los territorios de Gaza, Judea y Samaria, entre otros. Fue por esto que en 1968 la OLP reescribió su constitución para incorporar esas tierras en su definición de Palestina. De este modo, las fronteras palestinas se hicieron flexibles y se redibujaron para rodear el territorio controlado por el Estado de Israel. Dicho de otro modo: los límites de Palestina se retrasaron con la única finalidad de reforzar sus propios argumentos en la lucha contra Israel.

El resto es historia.

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Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.