El caso Epstein, una bala perdida en la Casa Blanca, por Andrés Repetto

Hace unos meses, cuando el escándalo en torno a Jeffrey Epstein golpeaba las puertas de la Casa Blanca, una periodista preguntó al presidente Trump sobre el tema, y la respuesta fue contundente y muy dura hacia la reportera. Se quejaba en ese momento Trump de porque le seguían preguntando sobre el tema.
El tiempo pasó y el escándalo lejos de disiparse vuelve a tomar impulso.
Epstein un hombre conocido por sus contactos en lo mas alto de los circulos económicos y políticos de los Estados Unidos y otras parte del mundo, fue condenado por liderar una red de trata de mujeres y pedofilia. Esto llevó en los últimos años a que muchos se pregunten quién estaba cerca de él y quién visitaba su casa y su isla en el Caribe donde se dieron los casos de violaciones denunciadas por las víctimas.
Durante su última campaña presidencial, los republicanos y los hombres de Trump hablaban del Estado profundo y corrupto, lleno de líderes demócratas pedófilos amigos de Epstein, y pedían que se hicieran públicas lo que decían eran las “listas de los clientes de Epstein”.
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Trump, casi como un slogan de campaña, hablaba de que, una vez en la presidencia, haría públicas las listas para desenmascarar uno de los temas más pedidos por su base de seguidores: exponer a los demócratas que acusaban estar en ellas.
Pero cuando llegó al gobierno Trump, las máximas autoridades que habían llegado a decir que tenían “las listas de Epstein”, finalmente dieron marcha atrás y comentaron que no existían tales listas, de las que tanto hablaron y prometieron hacer públicas. Todo esto generó un revuelo en la base misma de apoyo del presidente Trump.
Epstein, quien supuestamente se suicidó en una cárcel en 2019, se llevó en principio sus secretos a la tumba. Pero su pareja de muchos años Ghislaine Maxwell, que tambien fue condenada y estuvo junto a Epstein en la organización de trata y pedofilia, está en prision con una condena de 20 años.
Autoridades judiciales del gobierno de Trump la interrogaron en prisión y, luego de que ella afirmara que nunca vio a Trump en algo extraño, fue llevada a otra cárcel de menos seguridad y con algunas comodidades según detallan medios estadounidenses.

Pero el fantasma de Jeffrey Epstein reaparece ahora como una bala perdida en la Casa Blanca luego que congresistas demócratas publicaran mails de él en los que se da a entender que Trump “sabía lo de las chicas” y en otro menciona que Trump estuvo horas con una de sus víctimas en su casa.
Esa mujer publicó hace unos meses un libro con sus memorias y sus denuncias, antes de suicidarse, en las que no menciona a Trump.
La revelación de estos pocos correos electrónicos donde se lo nombra al presidente en este caso tan oscuro para la política estadounidense llevó, como a un contraataque de los republicanos, a inundar las redacciones de noticias con miles de otros mails e información de Epstein.
Por estas horas, después de estar unos días en silencio, Trump asegura que deberían estudiar la relación de Epstein con el ex presidente Bill Clinton y banqueros allegados a los demócratas.
La bala perdida sigue dando vueltas por la Casa Blanca, pero aún no está claro, como toda bala perdida, qué peligro puede representar hasta no ver donde cae.













