Análisis del polémico acto de campaña de Trump en plena pandemia de coronavirus

Donald Trump, REUTERS

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, relanzó su campaña después del parate obligado por el coronavirus.

El acto tuvo lugar en un estadio cerrado en Tulsa, Oklahoma pero mientras que la parafernalia republicana presentó el evento como multitudinario, los claros en la tribunas mostraron lo contrario. En dicho lugar, Trump ganó en 2016 en Oklahoma por casi 40 puntos de diferencia.

Allí, agradeció a su público no dejarse llevar por los medios. "Vi las cadenas de fake news. Les decían ´no vayan, no vayan´. Pero ustedes son guerreros. Gracias por venir", sostuvo el presidente.

El temor a contagiarse de coronavirus no fue un impedimento para la reunión. Muy pocas personas llevaron tapa bocas, aunque sí hubo cuidados al entrar al estadio. Trump jugó de local en Oklahoma.

Previamente, hay una historia que vale la pena contar. A pocos a días de abrir el registro, los organizadores, que esperaban un estadio repleto, se dieron con que el número de reservas superaba ampliamente la capacidad de 19 mil personas y tenían que filtrar.

Sin embargo, pese a que el número de reservas superaba el millón, las horas pasaban y el estadio no se llenaba. Nadie entendía nada. 19 mil personas tenían su ticket para ingresar, pero adentro no había ni 10 mil.

¿Qué pasó? Grupos de K-popers y TikTokers llamó a sus seguidores a sabotear el acto. Miles y miles de fans de estos grupos reservaron entradas y no fueron. La jugada salió perfecta.

El acto de lanzamiento era el evento en el que Trump necesitaba mostrar fuerza para contrarrestar las encuestas negativas de cara a las elecciones. Pero fue un papelón y lo que hubo el "día después" fueron puros memes y burlas de sus opositores.

Aporte y gráficos: Matias Mowszet @MatiMow