El clima que se vive en la provincia de Buenos Aires es raro. Los rumores arrecian al mismo ritmo de las noticias económicas que ubican al precio del dólar todos los días algunos centavos más que en la anterior jornada. Los intendentes, conocedores del pulso local como nadie, ya advirtieron hace varios meses que la situación empezaba a dar signos de complicaciones serias y tomaron - muchos de ellos - medidas preventivas. Aunque tampoco contaban con toda la información, les sorprendió, para mal, la eliminación del Fondo Solidario conocido como Fondo Sojero. Pero ello no es todo. La problemática se extiende a la atención social y se ha sumado la crisis en la infraestructura escolar que llevó a reunir a los jefes comunales con las autoridades provinciales en las últimas horas.
El desagregado de la información permite ir por varios caminos. Uno de ellos es la creciente demanda social que se observa en el conurbano donde crece la informalidad y además se multiplican los sitios donde se reinstaló el trueque - adelantado por este medio hace muchos meses atrás -. Las organizaciones sociales articulan con el municipio para contener y se quejan que reciben menos ayuda que antes desde la provincia. En la ciudad de La Plata dicen lo contrario. Saben que es un momento complejo pero que tienen los resortes aceitados para actuar en cada uno de los casos.
Inevitable comparación con el 2001. Ya lo hacen los propios dirigentes que vivieron aquello y hoy transitan este momento. Eduardo Duhalde acaba de expresar que la situación social es peor que en aquellos tiempos. En el conurbano son muy pocos los intendentes que hoy perduran en sus cargos y vivieron aquello. Quienes tienen esa experiencia relatan que puede ser aún más complejo porque en los comienzos del siglo XXI la explosión llegó cuando había muchos argentinos que muy poco poseían y se palió el momento con la aparición de los planes sociales. Hoy esos planes existen y se preguntan con qué calmar si llegara a observarse un desborde. “Es más difícil contener a quien algo tuvo y lo perdió, que hacerlo con aquella persona que nunca tuvo nada”, explica un intendente a este medio. Y no se anima a descartar nada. Los rumores se multiplican donde se adiciona como preocupación la dispersión política. “Otra diferencia con el 2001 es qué de última había conducción política, podía gustar o no, pero en aquel entonces lo tenías a Duhalde o Alfonsín”, se pregunta el mismo jefe comunal que suele hablar con el ex presidente quien volvió a los medios estos días para pregonar la candidatura de Roberto Lavagna.
La causa de los cuadernos no alcanza. Nada parece ser suficiente. El presidente Macri hace un anuncio y el dólar sigue subiendo. Y es falsa la premisa que es la clase media quien se lleva todos los perjuicios de esta realidad. Con sólo recorrer el conurbano se puede comprobar que los sectores más postergados son los más castigados. Y sufren la caída del poder adquisitivo de la clase media.
Mientras tanto, vuelven las reuniones de gobernadores en el CFI donde el miércoles lo invitaron a Sergio Massa. El líder del Frente Renovador aparece como el candidato con mayores posibilidades si Cristina Kirchner no se presenta en 2019. El peronismo busca una alternativa para poder capitalizar a quienes se caigan de la grieta. Situación aún de difícil comprobación.
Por ello, el horizonte del 2019 aún aparece muy difuso. Para los intendentes peronistas del Gran Buenos Aires no hay alternativa para renovar sus mandatos que ir con Cristina si ella se presenta. Por tal razón se esbozan ideas como desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires. ¿Quién saldría más favorecido? Es difícil aventurarlo hoy. Las hipótesis se multiplican tanto como los rumores. Aunque esté cerca en el calendario, el año electoral aún es una utopía. Todos aceleran. Los que hablaban del mes de diciembre como complejo ahora mencionan octubre.
“Todo está en discusión” afirma un ministro bonaerense. Se refiere a todo. Desde las fechas de las elecciones, incluso quién se hace cargo del arreglo de las escuelas que sufren un deterioro de hace más de 15 años. Como suele suceder, los próximos pasos de la Argentina se cocinan el Balcarse 50 pero suelen explotar en el conurbano.
Por Sebastián Dumont
Periodista político
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