Un estudio determinó cuál es el tipo de sangre más propenso a tener un infarto

Una investigación científica llegó a la conclusión de que existen tipos de sangre con una mayor tendencia a padecer enfermedades cardíacas que el resto de los grupos sanguíneos.
Los cuatro tipos principales de sangre son A, B, 0 y AB. El estudio analizó personas de Irán durante siete años y determinó que una de las clasificaciones tiene menos probabilidades que las demás de contraer ciertas enfermedades.

Tipos de sangre. Foto: Unsplash
Según el informe que realizaron, aquellos que no pertenecen al tipo 0 tienen más posibilidades de padecer afecciones cardíacas: los participantes con sangre tipo A, B y AB padecían un riesgo 15% mayor de morir por problemas del corazón.
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Sin embargo, esa no es la única tendencia negativa que reconocieron los científicos entre quienes no tienen sangre tipo O. Ese mismo grupo también presenta un 55% de posibilidades de padecer cáncer gástrico y un 9% más de chances de fallecer por distintas causas.
La explicación
Las personas que no poseen sangre del tipo 0 tienen más riesgo de padecer infartos debido a que los otros grupos tienden a coagular más sangre en sus venas, lo que es un factor de peligro grave.

El infarto aparece cuando el corazón no recibe suficiente sangre. Foto: InfoSalud
El médico que encabezó el estudio, Arash Etemadi, aseguró que el riesgo de padecer enfermedades cardíacas podría deberse a características específicas de los tipos de sangre A, B o AB.
Por ejemplo, en el caso de las personas con tipo A, suelen tener niveles más altos de colesterol malo. Esto significa un riesgo más elevado de mortalidad.
Factores de riesgo
Sin embargo, los científicos aseguran que una calidad de vida saludable es muy recomendable para evitar tener un infarto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una dieta nutritiva y la actividad física permiten evitar las afecciones cardíacas en un 30% en promedio.
Factores que aumentan las posibilidades de un infarto:
- Edad.
- Consumo de tabaco.
- Presión arterial alta.
- Niveles elevados de colesterol o triglicéridos.
- Obesidad.
- Diabetes.
- Antecedentes familiares.
- Falta de ejercicio.
- Dieta no saludable.
- Estrés.
- Consumo de drogas.