Limonada con cardamomo: el jugo especial para ayudarte a controlar el peso y mantener una buena salud

La limonada es una medida refrescante y clásica, perfecta para los días de sol y, al combinarla con el cardamomo, se transforma en una opción no solamente rica, sino que también sumamente beneficiosa para la salud.
El agua es muy importante para la salud y mantener una ingesta adecuada es muy importante, por ello, prepararse un jugo de limón puede ayudar a mantener el cuerpo hidratado y a su vez, absorbiendo todos los minerales y vitaminas que esta fruta posee.

Agua con limón. Foto Unsplash.
Por otro lado, el cardamomo es una especia aromática que es utilizada en diversas culturas culinarias para contribuir con el control de peso, por lo que, al mezclarla con el limón, las propiedades se intensificarán y se unificarán a los beneficios de ambos ingredientes.
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La limonada con cardamomo aporta al cuerpo vitamina B, P, C y D, calcio y potasio. Además, contiene fitonutrientes o sustancias que protegen al sistema inmune de cualquier enfermedad y tiene propiedades antioxidantes, por lo que protege del envejecimiento.

Cardamomo. Fuente: Pexels.
Cómo hacer limonada con cardamomo
Para poder hacer este jugo solamente hacen falta muy pocos ingredientes:
- 4 limones grandes
- 1 litro de agua fría
- 6 vainas de cardamomo verde
- Edulcorante a gusto (opcional)
- Hielo
- Rodajas de limón u hojas de menta (opcional)
- Paso a paso de la receta
Para infusionar el cardamomo, por otro lado, necesitarás una olla chica y agregarás las vainas de cardamomo abiertas, aplastadas en media taza de agua y, una vez que haga ebullición, bajarás el fuego. La infusión se cocinará a fuego lento de entre 5 y 7 minutos. Luego, dejar enfriar y servir junto con el jugo de limón y agua.

Agua con limón. Foto: Unsplash
Cabe recordar que el cardamomo contiene compuestos bioactivos como cineol y limoneno, que estimulan y aceleran el metabolismo y mejoran la digestión de los alimentos, por lo que ayudará significativamente al control de peso.
Por último, regula los niveles de azúcar en sangre y mantiene el equilibrio para evitar picos de insulina que puedan llevar al aumento de la grasa corporal.