Mitchell fue el sexto hombre en pisar la Luna cuando viajó en la misión Apolo 14. Al volver a la Tierra afirmó que los alienígenas investigaban nuestra capacidad militar.
De pequeño miraba los aviones pesticidas en el cielo y pensaba cómo se sentiría volar, o mirar la Tierra desde arriba. Sin embargo, Edgar Mitchell no sabía que iba a ser el sexto ser humano en pisar la luna en la misión Apolo 14 de la NASA, un viaje que le cambiaría toda su forma de ver el mundo.
Al mirar a la Tierra desde el espacio le surgieron las preguntas "¿Quiénes somos?, ¿Cómo llegamos aquí y hacia dónde va todo esto?", contaba al medio Vice en el año 2016 sobre la epifanía que sintió en ese extraño paseo a las estrellas donde, según él, pudo desarrollar un conocimiento para comprobar que existía la vida extraterrestre.
Mitchell nació en el Estado de Texas (EEUU) el 17 de septiembre de 1930 y murió el 4 de febrero de 2016 en Palm Beach, Florida. Después de cursar durante gran parte de su vida estudios vinculados a la aeronáutica y adquirir formación militar, ingresó en la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) en 1966 y trabajó en distintas misiones.
En 1971 fue seleccionado para ser de los pocos astronautas que pisaron hasta ese momento “las tierras altas de Fra Mauro” en la corteza lunar, donde Mitchell llegó junto al comandante Alan Shepard y el piloto del módulo de comando Stuart Roosa. La misión ocurrió un año después de la fallida Apolo 13, conocida por la icónica frase "Houston, tenemos un problema".
En la misión de Apolo 14, Mitchell y el capitán Shepard transitaron 33 horas en la superficie de la Luna, de las cuales 9 estuvieron afuera de la nave donde cargaron 45 kilos de rocas selenitas (un mineral yeso con forma de cristal) que luego trajeron a la Tierra para analizarlas. Pero también se filmaron imágenes que se difundieron por todo el globo terráqueo, donde hasta se ve al capitán jugando al golf en el espacio.
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Sin embargo, cuando regresó a la superficie terrestre, Mitchell relató haber tenido experiencias que a sus compañeros astronautas le parecieron insólitas: contó que hizo un “experimento” por su cuenta en las últimas horas de la misión, en la que él intentó comunicarse por telepatía con personas que estaban en la Tierra. En una conferencia de prensa, expresó que allí pensó en símbolos de cartas de póker y en personas que pudieran “leer sus pensamientos”. Dijo que los resultados "superaban por mucho las expectativas de cualquiera", ya que, de 200 símbolos, sus contactos acertaron 51.
En este sentido, detalló haber pasado por una experiencia extrasensorial. "Me di cuenta de que todas las moléculas de mi cuerpo y de mi nave espacial se habían fabricado hace muchísimo tiempo en alguna de las estrellas antiguas que brillaban en los cielos sobre mi cabeza", relató en su autobiografía. Por este motivo, tan solo un año después de terminar la misión, en 1972, Mitchell decidió abandonar la NASA para fundar su Instituto de Ciencias Noéticas (del griego, “mente intuitiva” o “conocimiento interior”). La entidad buscaba explorar "la transformación individual y colectiva a través de la investigación de la conciencia", por lo que sus compañeros lo calificaron de pseudocientífico.
"Tengo el privilegio de saber que hemos recibido visitas en este planeta, y que el fenómeno OVNI (Objeto Volador No Identificado) es real. Durante los últimos 60 años, nuestros sucesivos gobiernos lo han ocultado, pero poco a poco esto se ha ido filtrando y algunos hemos tenido la suerte de que nos informen sobre ello".
Pero eso no es todo. Si bien Mitchell admitía que nunca vio extraterrestres cuando fue a la Luna, en 2008 aseguró que estos habían visitado la Tierra y que el gobierno de Estados Unidos decidió ocultarlo. "Tengo el privilegio de saber que hemos recibido visitas en este planeta, y que el fenómeno OVNI (Objeto Volador No Identificado) es real. Durante los últimos 60 años, nuestros sucesivos gobiernos lo han ocultado, pero poco a poco esto se ha ido filtrando y algunos hemos tenido la suerte de que nos informen sobre ello", dijo en su momento al medio Daily Mirror. Aquella vez fue alentado por las nuevas investigaciones del “Caso Roswell”, cuando un “plato volador” se estrelló contra un rancho en White Sands, Nuevo México (EEUU) en julio de 1945.
En este sentido, el astronauta aseguró que los alienígenas estaban interesados en los ensayos de este tipo de armas realizados en ese lugar. En 2015 aseguró al diario The Mirror : "Los extraterrestres vinieron a la Tierra para detener una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia". “White Sands era un campo de pruebas para armas nucleares y eso es lo que interesaba a los extraterrestres. Querían conocer nuestra capacidad militar. A través de mis conversaciones con personas relacionadas con esos eventos, quedó claro para mí que los extraterrestres intentaron evitar una guerra nuclear y nos ayudaron a mantener la paz en la Tierra". Inclusive afirmó que un contacto de la NASA reconoció contactarse con seres "pequeños, con ojos y cabezas grandes".
El sexto hombre que pisó la Luna hizo una intervención en la llamada "Conferencia X" en 2009, donde se debatió sobre la vida extraterrestre que investigaba el "Incidente Roswell". "No estamos solos. Nuestro destino es terminar formando parte de una comunidad planetaria. Tenemos que estar dispuestos a ir más allá de nuestro planeta y de nuestro sistema solar para averiguar lo que está ocurriendo realmente allí fuera", afirmó en ese momento. Sin embargo, desde el gobierno estadounidense y desde la NASA siempre desmintieron estos dichos del astronauta.
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