Chaparrones de Mötley

Tarde de sábado con pedidos coincidentes. Mientras que allá en el Estadio Monumental, a escasos 400 metros se pedía la hora desde los 12 minutos cuando se ganaba 2 a 0 y se clamaba y reclamaba sobre el final en momentos en que parecían arreciar fantasmas recientes, acá en el Club Ciudad de Buenos Aires también se le rogaba al reloj. Se pedía la hora, pero la que pare de llover que llegó en tiempo de Rata Blanca seguida obviamente por quienes no miraron el partido. Antes D-Mente la padeció y a puro hard metal capeó el temporal con contundencia y en el Escenario Sónica se agradeció la carpa y también el poderoso set de Magnos en el que la banda de Javier Barrozo desplegó contundencia y calidad.

Y aunque siempre que llovió paró, este sábado podría decirse que siempre que paró volvió a llover. Inoportuna como siempre en estos casos. El aguacero revivió sobre las 21.30 cuando Vince Neill, Mick Mars, Nikki Sixx y Tommy Lee salieron a patearle el estómago a aquellos que, estoicos, soportamos los embates implacables de una lluvia que realmente mojó pero que no pusiera fin a la aventura de rockear bajo la lluvia. Esa que se abrió como el cielo con ‘Kickstart my heart’, ‘Wild side’, y `Shout at the Devil´.

Entonces entre los temas que los seguidores habían ido a buscar y los neófitos a conocer se sucedieron momentos en que se lució la voz de Vince, el bajo de Nikki, la viola de Mick y la batería de Tommy. Todo entre rock, metal y una dosis exacta de soft para bailotear, contonearse y sacudirse agitando cuernitos bajo una lluvia que ya empapaba y hacía flotar los pies en las zapatillas de muchos de los 20 mil presentes.

Entonces tras el solo de batería para que se luzca Tommy ante la envidia masculina por su ex Pamela Anderson y las chicas, chicas, chicas que quisieran ser ella para él al menos por un rato, empapados y felices, más que mojadas y extasiadas, nosotros y ellas disfrutamos y toleramos una catarata de riffs y punteos coronados por Girls Girls Girls y un ‘Dr. Feelgood’ que a mucho de los presentes no les podrá curar la adicción al soft y al glam que los chicos malos proponen.

Entre tanto vestuario no faltó el disfraz demagógico que pocos resisten. Vince no fue la excepción y se calzó la camiseta de la Selección Argentina, la original, esa que un par de cuadras más allá no se usó, que fue alternativa más que válida para ganar después de casi once meses porque lo que hacía falta eran tres puntos y punto. Y en plan de agradecer y agradar varió el nombre del nuevo tema “Saints of Los Angeles” por “Saints of Buenos Aires”, como otra muestra más de cariño recíproco que se extendió por poco más de una hora cuarenta y cinco minutos donde desplegaron temas de sus 30 años de carrera.

Sobrevino el cierre con ‘Home Sweet Home’. La balada Hogar Dulce Hogar, qué mejor definición para aquellos que esperaron tanto para ver los Mötley en vivo y en casa, que mejor para las multitudes que un rato antes habían paladeado el sufrido pero triunfo al fin de los 11 de un Coco que no rodó porque fue victoria.

Y que ideal para quienes volamos hasta casa para darnos esa reparadora ducha cantando bajo la idem los bises de 'Dr. Feeelgood´ en tren de conjurar una incipiente gripe o una persistente angina.