Maquinista declaró ante el juez que el tren "andaba bien" pero que tiene "recuerdos borrosos"
El maquinista que conducía el tren que chocó en la estación de Once del Ferrocarril Sarmiento recibió ayer el alta médica y declaró ante el juez federal Ariel Lijo que tiene "un recuerdo borroso" de lo ocurrido el sábado, aunque admitió que la formación "andaba bien" al momento del accidente, que causó 99 heridos leves.
El motorman Julio Benítez quedó en la mira de la Justicia luego de que se secuestrara de su mochila el disco rígido de la cámara de vigilancia instalada en la cabina de la locomotora del tren chapa 5, que protagonizó el hecho.
Al respecto, Benítez, quien continuará detenido, dijo ante el juez no recordar haber extraído el disco rígido, que luego del siniestro fue hallado en su mochila, y admitió como propio el blog en el que confesó premonitoriamente sus pesadillas de que chocaría un tren.
"Los recuerdos que tengo del hecho son borrosos. Tengo algunos recuerdos un poco más notorios y después otros que no puedo asegurar que ocurrieron, porque la misma rutina de trabajo me pudo llevar a insertar un recuerdo en ese momento", dijo el trabajador en su declaración.
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Pero agregó que "lo que sí yo le puedo citar es que en un determinado momento sentí una sensación de ahogo, que pasó y después volvía intermitentemente".
Benítez fue dado de alta de la clínica Dupuytren, donde fue asistido tras el accidente, y llevado en un móvil policial a los tribunales federales de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro, donde quedó detenido e incomunicado.
El maquinista está imputado en una causa por "estrago", aunque todavía el juez no determinó si es "culposo" o "doloso", precisaron las mismas fuentes.
Minutos antes de las 13 el maquinista ingresó a tribunales fuertemente custodiado por efectivos de la Policía Federal y allí fue alojado en la alcaidía a la espera de ser indagado por el juez Lijo.
La declaración de Benítez finalizó alrededor de las 21.30.
Fuentes judiciales dijeron que el magistrado demoró la declaración a la espera de recibir las imágenes del dísco rígido de la locomotora, cuyo contenido pidió recuperar a una empresa privada para exhibirlas durante la declaración indagatoria.
Las mismas fuentes precisaron que esas imágenes "todavía no habían sido recuperadas" y que el maquinista fue llevado al juzgado, en el tercer piso de los tribunales, donde estaba reunido con su abogada antes de comparecer ante el juez.
Benítez es representado por la abogada Valeria Corbacho, quien también defiende a los maquinistas de la tragedia del 22 de febrero de 2012 en Once y del choque de trenes del 13 de junio en Castelar, hechos en los que fueron 54 víctimas mortales y fueron más de un millar los heridos.
La indagatoria del maquinista se produjo en medio de fuertes cruces entre el Gobierno, los gremios ferroviarios y el abogado de las víctimas sobre las responsabidades del accidente.
Mientras el Gobierno dejó abiertas diferentes hipótesis, sin terminar de descartar la de "sabotaje", y advirtió que es necesario dejar trabajar a la Justicia, los gremios ferroviarios acusaron a las autoridades de "plantar" evidencia para inculpar al maquinista, al rechazar que Benítez se haya llevado el disco rígido de la cabina tras el accidente.
Fuentes judiciales confirmaron que los investigadores hallaron rastros de sangre tanto en la mochila del maquinista como en la consola que graba las imágenes y en la carcasa del disco rígido.
Según los registros del GPS difundidos por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el tren corría a 22 kilómetros por hora en el andén 2 de Once, casi el doble de la velocidad promedio.
El accidente se produjo a las 7.25 del sábado, cuando la formación entró a la estación Once, no frenó, se estrelló contra el andén 2, el mismo de la tragedia del 22 febrero de 2012, y subió al hall central de la terminal, muy cerca de los molinetes.