La evaluación de la personalidad y el liderazgo, la narrativa mediática y la invaluable posibilidad para los votantes de hacer una comparación directa entre los candidatos es un arma poderosa.
Los debates presidenciales en los Estados Unidos fueron pioneros, abrieron la puerta y se convirtieron en fuente de inspiración para una modalidad de encuentros cara a cara entre los candidadtos que, luego, se replicó en todas partes del mundo. Los debates son fundamentales, y en muchos casos determinantes; tanto para el proceso electoral como para la formación de la opinión pública y han llegado a torcer el rumbo mismo de la historia, incluso muchas veces dejando a la vera del camino las encuestas previas y sus proyecciones.
Siempre y en todos los casos, se pone mucho en juego. Una mirada, una duda, un exabrupto, y sobre todo la presucnión de una mentira, inclinan la balanza del modo menos pensado.
La evaluación de la personalidad y el liderazgo, la narrativa mediática y la invaluable posibilidad para los votantes de hacer una comparación directa entre los candidatos es un arma poderosa y más que codiciada.
La historia de los debates presidenciales estadounidenses comenzó en 1960.
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Los debates presidenciales entre John F. Kennedy y Richard Nixon del 26 de septiembre; 7, 13 y 21 de octubre de 1960, fueron los primeros televisados de la historia. Hubo cuatro encuentros cruciales.
El primero sucedió el 26 de septiembre de 1960, en Chicago y es el más famoso, centrado en cuestiones domésticas y clave para que la audiencia percibiera a Kennedy como más carismático y confiado, mientras que Nixon, previamente enfermo se veía en malas condiciones, perdiendo puntos por su apariencia. El segundo debate tuvo lugar el 7 de octubre de 1960, en Washington con los candidatos en diferentes lugares, Kennedy en Washington y Nixon en Los Ángeles, centrando la discusión en preguntas de periodistas sobre política local y exterior. El 13 de octubre de 1960, llegó el tercer encuentro en Nueva York, una vez más con los candidatos por separado y con la mirada sobre política exterior y defensa. El cuarto debate, el 21 de octubre, giró hacia temas internacionales.
Estos debates fueron fundamentalespara la victoria de Kennedy. Millones de espectadores no dejaron de advertir que Nixon dudaba y se dirigía al moderador, mientras su contrincante miraba a la cámara hablándole directamente alvotante.
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Pasaron 16 años antes de que otros candidatos presidenciales volvieran a verse las caras en un debate en plena carrera hacia la Casa Blanca. En 1976, Gerald Ford y James "Jimmy" Carter se enfrentaron en tres oportunidades.
El 23 de septiembre, en Filadelfia, el debate se centró principalmente en temas como la economía y las políticas sociales. En el segundo choque, el 6 de octubre, en San Francisco, los candidadtos debatieron sobre política exterior y defensa. Fue cuando Ford cometió un error letal para sus apsiraciones al decir que "no hay dominación soviética en Europa del Este", lo que generó un sin fin de críticas. El tercer debate tuvo lugar el 22 de octubre en Williamsburg, marcando un punto de inflexión que decidió la elección de 1976, que llevó a Jimmy Carter al salón oval.
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Los debates presidenciales entre Ronald Reagan y Walter Mondale, candidatos en la elección presidencial de 1984, se llevaron a cabo en dos ocasiones. El 7 de octubre se vieron en el Centro de Convenciones de Louisville, y debatieron sobre cuestiones internas y política económica. En esa oportunidad, Ronald Reagan, de 73 años y presidente en ejercicio, cometió errores que pusieron sobre el tapete el tema de su edad y su capacidad para un segundo mandato.
El 21 de octubre, Reagan y Modale se cruzaron en la Universidad de Kansas City, un debate en el que Reagan recuperó terreno perdido con un contundente desempeño, rubricado con su famosa broma sobre la edad. "No haré de la edad un tema en esta campaña. No explotaré, por razones políticas, la juventud e inexperiencia de mi oponente", dijo sarcásticamente el republicano.
Reagan ganó las elecciones de 1984 por un margen abrumador y venció a Mondale con uno de los mayores márgenes electorales en la historia de Estados Unidos.
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La elección presidencial de 1992 en Estados Unidos fue atípica, y marcó el enfrentamiento entre el presidente republicano George H.W. Bush; el demócrata William "Bill" Clinton, gobernador de Arkansas; y el candidato independiente Ross Perot, un empresario texano.
El primer debate se dio el 11 de octubre en la Universidad Washington, y se centró en temas económicos y domésticos. El segundo round tuvo lugar el 15 de octubre, en Virginia, con la particularidad de haber sido un debate en formato de asamblea pública, donde los ciudadanos hicieron preguntas a los candidatos. Finalmente, el tercer debate se concretó el 19 de octubre en Michigan con la mirada puesta en política exterior y otros asuntos de interés nacional.
El momento culminante había llegado en el segundo choque cuando las cámaras captaron a Bush mirando su reloj mientras Clinton hablaba con un miembro de la audiencia. La actitud le costó muy caro al republicano.
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El debate presidencial de 2012 tuvo tres fechas. La primera el 3 de octubre de en Colorado, la segunda el 16 de octubre en Nueva York, que también presentó un debate con formato de asamblea pública, mientras que el tercer encuentro tuvo lugar el 22 de octubre en Florida, con el eje puesto en la política exterior. La Comisión de Debates Presidenciales, una organización bipartidista formada en 1987, organizó los encuentros.
Durante uno de los cara a cara con el presidente demócrata Barack Obama, el republicano Mitt Romney lamentó que la Marina estadounidense contara con menos barcos en ese momento que en 1916. “Gobernador, también tenemos menos caballos y bayonetas, porque la naturaleza de nuestras fuerzas armadas cambió”, respondió Obama. “Tenemos estas cosas llamadas portaaviones, en las que aterrizan aviones. Tenemos estos barcos que se sumergen, submarinos nucleares”. Los irónicos comentarios de Obama se hicieron virales y le dieron el triunfo.
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