El ataque con drones de Ucrania a Rusia no tiene precedentes y aumenta las probabilidades de una Tercera Guerra Mundial

Recientemente, Ucrania desplegó 117 drones Shahed contra objetivos en Rusia, especialmente en las regiones fronterizas y en instalaciones estratégicas. Las fuerzas rusas aseguran haber derribado la mayoría de los drones, aunque varios lograron impactar infraestructuras críticas, causando apagones y daños en edificios clave.
La "Operación Telaraña" marca una escalada en el conflicto, con Kiev apostando por saturar las defensas rusas mediante ataques constantes y prolongados. Incluso, expertos interpretan esta acción como una demostración de fuerza en un momento en que Ucrania intenta fortalecer su posición con apoyo internacional.

Las reacciones de las principales potencias mundiales no se hicieron esperar. Estados Unidos condenó el ataque y reiteró su apoyo a Ucrania, mientras que países europeos manifestaron preocupación por un posible aumento del conflicto.
Desde la OTAN, varios miembros impulsan el refuerzo del flanco oriental, temiendo que la ofensiva se extienda a otras zonas cercanas a la frontera. Analistas consideran que el uso masivo de drones representa una estrategia de desgaste y presión psicológica, difícil de contrarrestar sin sistemas aéreos modernos.
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Mientras tanto, la diplomacia internacional sigue trabajando para evitar un salto cualitativo en el conflicto, aunque cada ataque complica la negociación.
Ucrania responde a la ofensiva terrestre rusa con sabotajes cada vez más audaces
Después de alcanzar el domingo más de cuarenta aviones de combate rusos con drones escondidos en camiones de transporte civil, Ucrania atacó el puente de Kerch que une Crimea con Rusia con más de una tonelada de explosivos colocados bajo el agua, en otra operación preparada por los servicios secretos de Kiev durante meses.
Construido entre 2016 y 2019, el puente que se extiende sobre el estrecho de Kerch conecta a Rusia con la península ucraniana de Crimea, anexionada por Moscú en 2014 y símbolo de la permanencia del dominio ruso en ese territorio. Esta infraestructura no tiene sólo un valor simbólico: también tiene importancia para el suministro a las tropas rusas desplegadas en el territorio ocupado de Ucrania.
Así, esta acción del Servicio de Seguridad de Ucrania, el mismo que llevó a cabo la operación contra los aeródromos, tiene mucho valor simbólico y pone de manifiesto las vulnerabilidades rusas en la defensa de uno de los objetivos más preciados para los ucranianos en esta guerra.