Trump, Putin y la “Bestia” en Alaska: el gesto simbólico que reaviva la historia de una venta millonaria

En la cumbre de Alaska 2025, Donald Trump invitó a Vladimir Putin a subir a su Cadillac One, mientras el líder ruso decidió no utilizar su limusina Aurus. Un gesto cargado de simbolismo que revive la historia de la compra de Alaska y proyecta interrogantes sobre el poder y la diplomacia actual.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, posan en la pista de aterrizaje tras llegar para asistir a una reunión en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage (Estados Unidos).
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, posan en la pista de aterrizaje tras llegar para asistir a una reunión en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson en Anchorage (Estados Unidos). Foto: EFE/EPA/GAVRIIL GRIGOROV/SPUTNIK/KREMLIN POOL

La llegada de ambos mandatarios a Alaska fue cuidadosamente coreografiada. En medio de un despliegue con alfombra roja y aviones de combate, Donald Trump abrió la puerta del Cadillac One —conocido como “La Bestia”— e invitó a Vladimir Putin a subir. El presidente ruso, sin embargo, había optado por no utilizar su propia limusina Aurus en esta ocasión, una decisión interpretada como un gesto político cargado de significado.

El contraste entre la ostentación de Trump y la sobriedad de Putin se convirtió rápidamente en uno de los momentos más comentados de la cumbre.

El peso histórico de Alaska

La elección de Alaska como sede no fue casual. El territorio fue comprado por Estados Unidos al Imperio ruso en 1867 por 7,2 millones de dólares. Traducido al presente, unos 153 millones de dólares, lo que equivaldría al costo de un estadio mediano de fútbol. Solo que, en este caso, el paquete incluía oro, petróleo, gas, cobre… y osos.

Hoy, el valor de mercado de Alaska se estima en 37 mil millones de dólares, según Investopedia. Además de su peso económico, la región representa un enclave estratégico con vastos recursos aún sin explotar.

Donald Trump y Vladimir Putin en Alaska Foto: REUTERS

La venta se concretó en un contexto en el que Rusia, devastada tras perder la Guerra de Crimea y aislada diplomáticamente, ofreció a Estados Unidos desprenderse de un territorio que resultaba difícil de sostener: demasiado lejano, costoso e ingobernable. En apenas siete meses, el acuerdo se firmó y el 18 de octubre de 1867 la bandera estadounidense ya flameaba sobre Alaska. Una velocidad inédita para el siglo XIX. Y sí: Rusia tuvo la idea de la venta de Alaska.

Sin embargo, más de 150 años después, voces en Rusia vuelven a agitar la idea de que Alaska sería “legítimamente suya”, un argumento llamativo en un país que insiste en presentarse como guardián del derecho internacional.

Lo que se dijo en la conferencia de prensa

Tras el encuentro, Vladimir Putin ofreció un discurso extenso y cargado de mensajes conciliadores. Saludó a Trump como “dear neighbor” (querido vecino) y destacó: “We need to eliminate all the primary root causes of the conflict” (“Necesitamos eliminar todas las causas primarias del conflicto”).

Donald Trump, en cambio, fue breve y elusivo. Evitó preguntas y se limitó a señalar: “There’s no deal until there’s a deal. Some great progress… many points were agreed to… just a very few still unresolved” (“No hay trato hasta que haya un trato. Hubo gran progreso… varios puntos de acuerdo… Solo algunos pocos que quedaron sin resolver”).

Fue más lo que no se dijo, que lo que sí se dijo.

El simbolismo detrás de la limusina

La imagen de Trump abriendo su limusina y Putin caminando sin la suya quedó grabada como metáfora del encuentro: un juego de símbolos en el que la teatralidad del expresidente estadounidense se cruzó con la calculada renuncia de su par ruso.

La pregunta que queda abierta es si lo que ocurrió en Alaska fue un avance diplomático real o, más bien, un teatro cuidadosamente diseñado para proyectar poder.

Por cierto, NBC News (una cadena televisiva líder en los Estados Unidos) tardó 36 minutos desde que se produjo el mencionado momento hasta que pudo contarle a su audiencia que eso había pasado. Canal 26 lo hizo en el momento exacto, en vivo, en La Tarde de Canal 26 con la conducción de quien escribe estas líneas y el acompañamiento de Manuel Castro.

La información internacional es nuestra pasión y el nivel, amigos, es altísimo.