Por pedido de Trump, Argentina busca limitar la influencia tecnológica de China y favorecer a empresas de Estados Unidos
Mientras Estados Unidos trabaja con fondos privados para crear un nuevo instrumento de apoyo a la economía argentina por valor de 20.000 millones de dólares, lo cual elevaría a unos 40.000 millones el soporte financiero de Washington al país, el Gobierno de Javier Milei busca satisfacer los pedidos de Donald Trump.
Parte de lo que hablaron ambos presidentes en la visita del argentino a la Casa Blanca de este martes tiene que ver con reducir la influencia tecnológica china y darle posiciones favorables a privados de los Estados Unidos.

Incluso, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, hizo énfasis ayer en el interés y en la condicionalidad de que la Casa Rosada no tenga “puertos, bases militares y centros de observación” relacionados a Beijing en su territorio.
Por su parte, Trump expresó que “pueden tener algo de comercio, pero no deberían ir más allá” e insistió en que le molestaría mucho que haya mayores vínculos. “Definitivamente, no deberían hacer nada relacionado con lo militar con China. Y si eso está ocurriendo, me molestaría mucho”, agregó.
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Ante esta situación, el Gobierno no duda y busca dar muestras de que cumplirá con la condición geopolítica del apoyo financiero norteamericano. El acuerdo incluye darle posiciones favorables a privados y aliados de los Estados Unidos vinculados a la exploración satelital, las telecomunicaciones y la explotación de recursos estratégicos, como litio, uranio, energía hidroeléctrica, entre otros.

En Balcarce 50 también reconocen que quieren impulsar la reactivación del radar de la empresa Leolabs, que está instalado en Tolhuin en la provincia de Tierra del Fuego. Es uno de los pedidos que realizó el jefe del Comando Sur, Alvin Hosley, cuando visitó la Argentina: en la administración estadounidense sostienen que su finalidad es la exploración espacial y proveer de información a empresas como SpaceX o la NASA.
Argentina y China, una alianza tecnológica que se pretende desmantelar
Tras el pedido de Donald Trump, uno de los puntos en la mira del Gobierno es desarticular la base china en Neuquén, que se construyó tras la firma en 2012 de un acuerdo entre la empresa China Satellite Launch and Tracking Control General y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales por el que se instaló una antena y por la posterior explotación de un terreno de 200 hectáreas por 50 años.
La misma lógica aplica para la antena espacial china en San Juan, que está ubicada en el Parque Nacional El Leoncito. Se trata del Radio Telescopio Chino-Argentino, que tiene un diámetro de cuarenta metros. El Ejecutivo ya trabó en la Aduana las últimas piezas que llegaron al país para completar su construcción y no firmó la renovación del convenio.
La Casa Rosada también planea dejar en stand-by las represas hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en la provincia de Santa Cruz, más allá de que Nación firmó en julio un memorándum de entendimiento para reactivar la segunda obra. El acuerdo incluyó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, al gobernador Claudio Vidal, a los representantes de la energética y a quienes integran la unión transitoria de empresas, que está a cargo de la construcción.