Una maravilla arquitectónica que aumentó su tamaño gracias a un terremoto: los detalles del puente colgante más grande del mundo

El Akashi Kaikyō es mucho más que el puente colgante más largo del mundo: es un símbolo de innovación, precisión y resiliencia japonesa. Hoy, esta megaestructura no solo garantiza la conectividad de miles de vehículos a diario, sino que también deslumbra como una atracción turística que combina ingeniería extrema, historia y un espectáculo nocturno único.

El puente Akashi Kaikyō, en Japón.
El puente Akashi Kaikyō, en Japón. Foto: Wikipedia.

El puente Akashi Kaikyō, también conocido como Puente del Estrecho de Akashi, es una de las obras de ingeniería más impresionantes del mundo y un ícono de Japón. Con 3.911 metros de longitud, este puente colgante a su vez conecta dos islas y es un simbolismo de resistencia e innovación del país nipón.

Se ubica entre Kōbe, en la isla de Honshu y conecta con Iwaya, en la isla de Awaji, y este puente no solo es famoso por su longitud récord, sino también por la historia y las curiosidades que lo circundan.

El puente Akashi Kaikyō en Japón. Video: X/@MiMundoConIA

El puente colgante más largo del mundo

Fue inaugurado en 1998 y ostenta el título de puente colgante más largo del planeta, con un tramo central de 1.991 metros. Su longitud total supera los 3.900 metros, convirtiéndolo en una megaestructura diseñada para resistir las condiciones más extremas: desde potentes vientos marinos hasta terremotos de gran magnitud.

Un dato no menor rodea la construcción de esta monumental infraestructura: es que los ingenieros japoneses debieron enfrentar el desafío monumental que implica el estrecho de Akashi, considerado como una de las zonas marítimas más peligrosas del país por las fuertes y frecuentes tormentas que afectan.

El puente Akashi Kaikyō, en Japón. Foto: Wikipedia.

Antes de la construcción de este puente se sucedieron numerosos accidentes producto de estas tormentas, siendo uno de los más recordados el que sucedió en 1955, cuando las tormentas provocaron el hundimiento de dos transbordadores, que acabó con la vida de 168 personas y fue el detonante para que se decidiera Japón por la construcción de este puente.

El puente que “creció” gracias a un terremoto

Por más que resulte insólito y poco creíble, es algo real: el Akashi Kaikyō aumentó su longitud durante su construcción, dado que, en 1995, el devastador terremoto de Kobe desplazó las torres principales del puente varios centímetros.

Esto generó que el tramo central se extienda casi un metro respecto del diseño original y -pese al sismo- la estructura no sufrió daños mayores, lo que dio cuenta de la eficacia de su ingeniería antisísmica.

La precisión milimétrica y la eficacia japonesa

Este puente tiene más de 300.000 kilómetros de cables, que estirados serían suficientes para dar varias vueltas alrededor de la Tierra. A su vez, cada uno de esos cables principales está formado por más de 36.000 alambres de acero, los cuales están pensados para soportar cargas importantísimas y vientos de hasta 290 km/h.

El puente Akashi Kaikyō, en Japón. Foto: Wikipedia.

Su sistema de amortiguación le permite a la infraestructura adaptarse a cambios de temperatura, movimientos sísmicos y la fuerza de las tormentas.

Ya desde su inauguración en abril de 1998, el puente ha sabido trasladar unos 23.000 vehículos diarios, lo que mejora la conectividad de la zona, incrementando incluso el comercio local.

Como si fuera poco, por las noches se ilumina con 1.737 luces, lo que crea un espectáculo visual que le da un toque especial.