Frutos grandes y fuertes: cada cuánto hay que regar la planta de palta durante la primavera

Con la llegada del calor y las lluvias, los árboles frutales entran en su mejor momento. Cuánto y cómo regar la palta para asegurar una buena cosecha.
Árbol de palta
Árbol de palta Foto: Unsplash

Con la primavera, los días se alargan, el sol se intensifica y los jardines se llenan de vida. Los árboles florecen, las plantas crecen y los frutos comienzan a asomar. Es una de las estaciones más esperadas por los amantes de la jardinería, ya que el mantenimiento se vuelve más sencillo.

Sin embargo, el riego sigue siendo clave: saber cuándo y cuánto regar puede marcar la diferencia entre una palta pequeña o una cosecha abundante. Las lluvias frecuentes en esta época del año favorecen el crecimiento de la vegetación, y muchos árboles entre ellos, el de palta, entran en una etapa de maduración activa.

Árbol de palta. Foto: Unsplash

El árbol de palta es uno de los más plantados en el país y, para que dé frutos grandes y sabrosos, es fundamental podarlo en primavera, permitiendo que la luz solar estimule el crecimiento de nuevos brotes. Además, un riego adecuado y nutrición equilibrada son esenciales para su desarrollo saludable y su rendimiento anual.

Riego y floración: cuánta agua necesita un árbol de palta

Las paltas prosperan en climas cálidos, con buena exposición solar y suelos bien drenados. Aunque la primavera es su estación ideal, el exceso de agua puede ser perjudicial. Según los especialistas en jardinería, es fundamental regar este árbol con menor frecuencia, en lugar de hacerlo todos los días en pequeñas cantidades. De este modo, las raíces crecen más fuertes y el árbol desarrolla mayor resistencia.

Guía de riego según la estación:

  • Primavera y verano: regar cada 3 o 4 días, según el clima y el tipo de suelo.
  • Otoño e invierno: reducir el riego a una vez por semana.
Paltas. Foto: Freepik

Consejos para cuidar tu árbol de palta

  • Regar con agua a temperatura ambiente: ni muy fría, ni muy caliente.
  • Podar ramas secas o débiles y mantener la forma del árbol para favorecer la entrada de luz.
  • Fertilizar cada 2 o 3 meses con productos ricos en nitrógeno, fósforo y potasio.
  • Usar fertilizantes específicos para frutales y revisar periódicamente hojas y frutos.
  • Vigilar la presencia de ácaros, pulgones u hongos, aplicando tratamientos naturales o específicos según el caso.
  • Colocar tutores o estacas en árboles jóvenes para evitar que las ramas se doblen o rompan.
  • Observar su evolución y ajustar el riego o la fertilización según las condiciones del clima y del suelo.