El ritual de solo 5 minutos que puede cambiar tu día (sin celular, sin excusas)
Nos hicieron creer que ser multitasking era un talento. Que hacer muchas cosas a la vez era sinónimo de productividad. Pero lo que nadie dice es que esa hiperactividad nos saca del presente, nos desconecta del cuerpo… y nos agota.
Como decía Napoleón: “Vestime lento, que estoy apurado”.
Porque, a veces, una cosa a la vez es el mejor regalo que podemos hacernos. No se trata de hacer más, sino de cómo usamos nuestra energía.
Y para eso no necesitás un retiro en la montaña ni una clase de yoga de 90 minutos.
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Hoy te propongo solo cinco minutos. Cinco minutos para volver a vos. Sin celular. Sin excusas.
Una práctica simple para resetear tu día
Este ritual de cinco minutos está pensado para cualquier momento: al despertar, antes de una reunión, al volver a casa. Solo necesitás ganas de recargarte.
1. Respirá con conciencia (1 minuto)
La respiración consciente, especialmente cuando se realiza de forma profunda y lenta, activa el sistema nervioso parasimpático. Este sistema es el responsable de la respuesta de “descanso y digestión”, ayudando a reducir la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ansiedad.
La respiración es la llave para volver al presente y recargarte. Por eso en este momento mientras leés te propongo que inhales profundo por la nariz y exhales leeeeeento por la boca. Repetilo 3 veces.
Y si queres profundizar más, podes hacer la respiración cuadrada. Se llama cuadrada porque todo lo hacemos en 4 tiempos: inhalás contando hasta 4, sostenés 4, exhalás 4, y sostenés 4 tiempos antes de volver a empezar.
Hacelo al menos tres veces, sintiendo como el aire infla tu panza cuando inhalas y la desinfla cuando exhalas. Y vas a notar la diferencia.
Estudios recientes respaldan que solo cinco minutos de respiración consciente regulan el sistema nervioso, mejoran el sueño y reducen la ansiedad.
2. Sentí tu cuerpo y tus emociones (2 minutos)
Ahora que ya desaceleraste el ritmo, llevá tu atención hacia adentro.
¿Sentís tensión en alguna parte del cuerpo? ¿dónde la sentís? ¿podés identificar de dónde viene? ¿qué estás necesitando ahora para que esa tensión se disipe?
Tal vez un cambio físico —aflojar los hombros, estirarte, moverte— o tal vez una decisión pendiente. Una necesidad no escuchada.
Este escaneo no es mental: es una práctica de honestidad corporal.
3. Elegí tu próxima acción con presencia (2 minutos)
Antes de volver al ritmo habitual, hacé algo simple… lavarte la cara, tomar agua, masticar un bocado… pero con total atención.
Sentí la textura del jabón, el sabor del agua, el peso del vaso en tus manos; el sabor y la textura de esa comida.
Como dice Eckhart Tolle, el poder está en el ahora. Estar en presencia no es un concepto espiritual abstracto: es estar acá mientras hacés lo que hacés.
Mi maestra de meditación siempre decía: “Cuando manejo, manejo. Cuando como, como. Cuando camino, camino”.
Y a veces, una práctica avanzada no es meditar horas, sino caminar sin auriculares, manejar sin GPS, lavar los platos sin distracciones.
Porque estar presente es el acto más revolucionario de este tiempo.
Cinco minutos pueden cambiar tu día
“No es raro que la gente pase toda su vida esperando para empezar a vivir.”Eckhart Tolle
Estar en el presente no es solo una práctica espiritual: es salir del ruido mental, del automático, de la exigencia disfrazada de urgencia.
En un mundo que premia la velocidad y el rendimiento, volver al cuerpo es un gesto de amor. Cinco minutos de respiración, conciencia y presencia pueden resetear tu energía y cambiar por completo el tono de tu día.
Probalo hoy. No necesitás nada más que vos.
