Recoleta: cuánto sale un departamento en el edificio que albergó la Confitería del Águila y fue declarado Monumento Histórico
En pleno corazón de Recoleta salió a la venta un departamento con mucha historia detrás. Se trata de una unidad ubicada en la emblemática esquina de Callao y Santa Fe, dentro del histórico edificio “del Águila”.
Construido en 1912, este inmueble fue sede de la reconocida Confitería del Águila, más tarde albergó el estudio del arquitecto Clorindo Testa y, en los años 80, ganó fama popular gracias a un recordado comercial de jeans filmado en su ascensor jaula.
El edificio está asociado con “la chica del ascensor” por la icónica publicidad de 1983, donde la actriz Patricia Sarán se cambiaba de ropa dentro del ascensor de jaula, inmortalizando el elevador y convirtiéndolo en un ícono de la memoria colectiva porteña
Precio y características de la propiedad
La unidad se ofrece a US$619.000 y cuenta con una superficie total de 278 m² (252 m² cubiertos, 14 m² descubiertos y 12 m² semicubiertos). Dispone de nueve ambientes en total: cuatro dormitorios, dos baños completos y un toilette. Está ubicada en el primer piso, con orientación noreste, y las expensas mensuales rondan los $529.000.
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El interior mantiene la impronta original del edificio. Un hall oval organiza la circulación y conecta el living, comedor, biblioteca y estar, todos comunicados con puertas de madera maciza. Desde los balcones se obtienen vistas directas al edificio Rocatagliata, otro clásico de la zona.
Se conservan materiales originales como pisos de roble de Eslavonia, pinotea y cerámicos calcáreos. La doble altura de los techos suma amplitud y luminosidad, reforzada por ventanales de piso a techo.
El área de servicio incluye cocina con comedor diario, lavadero, dependencias y una amplia baulera que antiguamente estaba destinada a choferes. Hoy, gracias a su ventilación natural y acceso por ascensor de servicio, puede adaptarse como escritorio o espacio de trabajo.
La propiedad se encuentra desocupada y en buen estado general, aunque mantiene detalles de época en baños, radiadores y cocina. Esto permite realizar refacciones que modernicen el espacio sin perder su carácter original.
Valor patrimonial y simbólico
Más allá de sus comodidades, el edificio es parte de la memoria porteña. Fue proyectado por el arquitecto francés Robert Tiphaine y vivió transformaciones que marcaron su identidad, como la desaparición de la confitería en 1972 o la mutilación de la cúpula en los 60.
En 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Además, funcionó como sede de la Compañía de Seguros La Franco Argentina y alojó a personalidades como el médico y antropólogo Antonio Fiz Fernández.