La semana pasada los diarios británicos y los hinchas de la liga inglesa se vieron convulsionados con la noticia de que un club tradicional del norte de Inglaterra era adquirido por un millonario jeque. Un movimiento que volvió a abrir el debate entre "lo bueno y lo malo" y hasta donde se debería permitir que el dinero interfiera el deporte. Pero, ¿el hincha entra en la ecuación?
Foto EFE.
El pasado jueves 7 de octubre se conoció la noticia de que el Newcastle United, club tradicional de la Premier League, fue adquirido por el fondo Public Investment Fund (PIF), controlado por el estado de Arabia Saudí. La novedad volvió a poner en escena el debate de hasta dónde se debe permitir que empresarios, jeques o compañías inviertan cifras exorbitantes en los clubes mientras otros continúan con presupuesto más pequeños.
Mike Ashley, anterior dueño del club del norte de Inglaterra por 14 años, fue duramente criticado durante toda su gestión por malos manejos y fichajes polémicos que le costaron a la institución varios descensos durante los últimos años.
Se supo que la operación estuvo valorada en 300 millones de libras y todo apunta a que el club de las "Urracas" se convierta en el nuevo Manchester City o PSG del fútbol europeo. Las críticas, incluso de los dueños del City, no tardaron en aparecer por asuntos respectos del Fair Play Financiero que -se sabe- ni el mismo actual campeón de la Premier ha cumplido.
No me pondré detallista en asuntos económicos y en el impacto que podría tener con respecto a la competitividad de la liga inglesa considerada la mejor del mundo. Me gustaría hacer una reflexión por una parte clave de este rompecabezas que poco se nombra en los medios: el hincha.
El festejo de los hinchas, foto AFP.
Las quejas y esta especie de doble moral que han mostrado los dueños millonarios de instituciones deportivas contrastan fuertemente con las reacciones de los hinchas de Newcastle, los mismos tomaron la noticia como una señal para "recuperar el club de sus amores". Cabe recordar que a fines de los 90s y principios del 2000 dicha institución animaba la liga con grandes figuras y actuaciones que casi lo llevan a quedarse con el título en 1995-96, Premier que finalmente fue para el Manchester United.
Esto deja el debate abierto sobre el real conocimiento que los dueños de clubes, una situación que en Sudamérica no vivimos, tienen sobre los aficionados que siguen siendo una parte fundamental del deporte. El hincha de cualquier país no se centra en los intereses económicos que estos dueños ven como fundamentales, al final del día todo se resume así su equipo ganó o no el fin de semana. Algo fundamental para saber cómo enfrentará la semana.
El hincha exige interés por una de las cosas que más ama, no más y menos que eso. Es por eso que aquel oriundo de Newcastle vio esta venta como una nueva etapa, una mejor que lo haga olvidar aquellos malos años de un anterior propietario que nunca los entendió.
Por Yasmin Ali
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