El prestigioso reporte que sugiere a Estados Unidos adoptar cambios en su flota de bombarderos estratégicos

Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos (CRS) sugiere que Washington debe continuar con los desarrollos de nuevos bombarderos estratégicos para mejorar su flota actual.
Específicamente, el documento destaca que las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos despliegan tres bombarderos estratégicos para transportar bombas o misiles aire-tierra en misiones convencionales y nucleares: el B-52, el B-1B y el B-2.

El papel de los bombarderos evolucionó con el tiempo. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, los B-29 lanzaron sobre Japón las “únicas armas nucleares jamás utilizadas en combate”. En la actualidad son también un componente esencial para las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.
Los bombarderos, aviones clave para el Ejército de Estados Unidos
Según la Revisión de la Postura Nuclear de Estados Unidos (NPR) de 2022, los bombarderos son una parte integral de la “tríada” nuclear de Estados Unidos, junto a los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) terrestres de largo alcance y los misiles balísticos lanzados desde submarinos de largo alcance. Por eso, Estados Unidos estacionó periódicamente bombarderos en países aliados, realizó patrullas continuas o mantuvo bombarderos en estado de alerta.
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Entre las principales capacidades, se destacan los B-52 Stratofortress, los Lancer B-1B, los B-2 Spirit y B-21 Raider. Todos ellos ofrecen superioridad aérea y un amplio grado de control del espacio aéreo para realizar operaciones sin interferencias de amenazas aéreas o de misiles adversarios. En resumen, tienen la capacidad de llevar a cabo ataques de precisión de largo alcance.
Ante este contexto, analistas externos y oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos le plantearon al Congreso la posibilidad de endurecer las bases con una logística mejorada y refugios reforzados, en pos de mejorar la protección contra posibles ataques de misiles.
Los congresistas podrían plantearse si aportar o no fondos para reforzar la infraestructura de sus principales bases operativas, y si hacerlo también en aeródromos más pequeños para apoyar la dispersión de las fuerzas.