China inició la construcción de la presa hidroeléctrica más grande del mundo: podría alterar aún más la rotación de la Tierra

China inició la construcción de una de las obras de ingeniería más ambiciosas de su historia moderna: una presa hidroeléctrica de dimensiones colosales que, de concretarse como está proyectado, superará a la célebre presa de las Tres Gargantas en capacidad energética y escala estructural.
Sin embargo, el “proyecto del siglo”, como lo describen las autoridades chinas, también encendió alertas en la comunidad científica internacional debido a su posible impacto destructivo en el equilibrio del planeta.

La construcción se desarrolla sobre el río Yarlung Tsangpo, que al cruzar hacia India toma el nombre de Brahmaputra. La presa se ubicará en el remoto condado de Medog, en la región autónoma del Tíbet, y aprovechará un descomunal desnivel geográfico de 2.000 metros en tan solo 50 kilómetros.
El plan incluye cinco estaciones hidroeléctricas en cascada capaces de generar unos 300.000 millones de kilovatios-hora al año, el equivalente a tres veces la producción actual de las Tres Gargantas y similar al consumo anual del Reino Unido.
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El presupuesto proyectado es igualmente imponente: 1,2 billones de yuanes, alrededor de 142 mil millones de euros, una cifra que supera incluso el costo total de la Estación Espacial Internacional.
Más allá del impacto económico y la revolución que podría suponer para el sistema energético chino, los científicos advierten que obras de esta magnitud pueden alterar sutilmente el equilibrio de rotación de la Tierra.

La nueva megaobra china en el Tíbet podría alterar nuevamente el eje de la Tierra
De acuerdo con estudios realizados por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) en torno a la presa de las Tres Gargantas, la acumulación masiva de agua en embalses gigantescos modifica la distribución de masa del planeta. Esto puede desplazar el eje de rotación terrestre en milímetros o centímetros y afectar la duración de los días, aunque sea en microsegundos.
El físico Benjamin Fong Chao, del Centro de Vuelo Espacial Goddard, explicó que el almacenamiento de 40 kilómetros cúbicos de agua en las Tres Gargantas pudo haber movido el eje terrestre unos 2 centímetros y alargado levemente la rotación diaria.
A este fenómeno se suma otro de creciente preocupación: la redistribución de aguas subterráneas. Según un estudio publicado en Geophysical Research Letters, entre 1993 y 2010 la Tierra sufrió un desplazamiento de casi 80 centímetros en su eje de rotación debido al bombeo intensivo de agua del subsuelo. Se estima que en ese periodo se extrajeron más de 2.150 gigatoneladas de agua para uso humano, agrícola e industrial.
“El impacto del bombeo subterráneo es incluso mayor que el del derretimiento del hielo polar”, afirmó Ki-Weon Seo, autor principal del estudio. Aunque esta deriva no pone en riesgo inmediato el calendario estacional, los científicos señalan que puede tener consecuencias sobre el clima en escalas de tiempo geológico.
Mientras China avanza con su megaproyecto, la comunidad científica observa con atención sus posibles repercusiones globales. La capacidad del ser humano para modificar el equilibrio planetario ya no es una hipótesis, sino una realidad documentada por la ciencia.