Las estrictas medidas de seguridad de Kate Middleton y el príncipe William que incomodan a sus nuevos vecinos: “Es decepcionante”

La mudanza de Kate Middleton y el príncipe William a Forest Lodge, su nueva residencia en el Windsor Great Park, está levantando polémica entre sus vecinos. Esto se debe a que la pareja impuso estrictas medidas de seguridad, incluyendo cámaras, vallado eléctrico y proyectos de paisajismo, para garantizar la privacidad y protección de la familia.
Estas medidas generaron quejas, especialmente entre los propietarios de mascotas, ya que una zona verde habitual para pasear perros fue cerrada por completo. Conociendo esto, las autoridades advirtieron que cualquier intrusión a este nuevo espacio privado será inmediatamente sancionada.

Sin embargo, algunos vecinos comprenden la situación. “Obviamente, es decepcionante, ya que a mi perro le encanta este lugar. Pero entiendo perfectamente que la seguridad de William, Kate y su familia es primordial, así que debemos asegurarnos de que puedan vivir felices aquí”, señaló Tom Bunn, ingeniero mecánico de 32 años, al periódico The Sun.
Dentro de los ajustes en el vecindario, se decidió trasladar a dos familias que vivían en casas cercanas a la finca de Crown Estate, con el fin de proteger la privacidad de los príncipes y evitar accesos no deseados. Esta acción provocó malestar por la rapidez del proceso y la falta de notificación previa.
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¿Cómo es la nueva residencia de Kate, William, y su familia?
Forest Lodge, construido en el siglo XVIII, cuenta con elementos arquitectónicos originales, como chimeneas de mármol, cornisas de escayola y ventanas venecianas. La mansión posee tres establos, dos garages, un gran estanque y una cancha de tenis.
Según trascendió en medios británicos, Kate Middleton seleccionó personalmente el mobiliario, incluyendo una mesa para 24 comensales. Su visión, en teoría, apunta a acondicionar su casa para recibir, si así lo quisiera, a su familia completa.
Más allá de los detalles del nuevo vecindario, y la decoración que tendrá el Forest Lodge, la mudanza también simboliza un nuevo comienzo para la familia real, sobre todo tras afrontar episodios difíciles en los últimos años como la muerte de la reina Isabel II y los diagnósticos de cáncer del rey Carlos III y Kate Middleton.
Ubicada a solo seis kilómetros de Adelaide Cottage, la residencia permite mantener la continuidad escolar y social de los niños: el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis.

A diferencia de otros miembros de la realeza, Guillermo y Kate financian personalmente todas las reformas en Forest Lodge, evitando el uso de fondos públicos y, sobre todo, las críticas.
La propiedad está pensada para ser su hogar definitivo, incluso cuando William asuma el trono, y refleja su deseo de mantener una vida privada dentro del ámbito real, en un entorno rodeado de naturaleza y patrimonio histórico, lejos del estrés de sus obligaciones.