Rusia recurrió a una red secreta para adquirir tecnología de Estados Unidos y Europa y proteger sus submarinos nucleares
Distintas organizaciones reportan que Rusia ocultó su participación en la compra mediante la intervención de empresas fachada.
Las empresas fachada son negocios que se crean para simular una actividad legal y ocultar actividades financieras ilícitas, como el lavado de dinero, para mezclar y blanquear ingresos ilegales. Eso sucede en todo el mundo. Lo increíble en este caso es que se acusa al Gobierno de Rusia de recurrir a estas para proteger sus submarinos nucleares.
El proyecto de investigación Russian Secrets, en el cual participaron organizaciones como el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y medios internacionales como el Washington Post, reportó que Rusia protege su flota de submarinos nucleares en el Ártico con un sistema de vigilancia submarina que fue construido con equipos de alta tecnología adquiridos a empresas de Estados Unidos y Europa.

Al citar registros financieros recientemente descubiertos, documentos judiciales y declaraciones de funcionarios de seguridad occidentales, la investigación sostiene que estas operaciones se realizaron a través de una red secreta de adquisiciones, en la que Rusia ocultó su participación mediante la intervención de empresas fachada.
Así fue cómo logró conseguir sistemas de sonar sensibles, un dron submarino con la capacidad para operar a profundidades de hasta 3.000 metros, antenas submarinas y una flota de barcos que se hacían pasar por buques comerciales o de investigación, mientras realizaban tareas de instalación para el ejército ruso.
De acuerdo a la investigación, el país presidido por Vladimir Putin consiguió fortalecer su estrategia nuclear pese a las sanciones y los controles de exportación occidentales que se le impusieron.
El entramado secreto detrás de la compra de tecnología occidental a manos de Rusia
El estudio detalla que el principal actor que figuraba en la red de adquisiciones era Mostrello Commercial Ltd., empresa con sede en Chipre que funcionó como fachada para los intereses de Rusia, en relación con el sistema de vigilancia.
Después de que las autoridades alemanas allanaran las instalaciones asociadas a la red y detuvieran a un sospechoso clave en 2024, el Departamento del Tesoro estadounidense anunció sanciones contra Mostrello y otras empresas vinculadas al Kremlin y a las fuerzas rusas.
La emisora pública de Países Bajos, KRO-NCRV, envió a un equipo de reporteros a la sede de Mostrello en Chipre a finales de septiembre. Según relataron, cuando llegaron a las instalaciones encontraron una oficina que parecía haber sido abandonada de forma abrupta. Asimismo, no se encontraron con empleados.
La investigación precisa que otras empresas occidentales dieron fin a sus ventas a Mostrello después de recibir advertencias explícitas por parte de los servicios de seguridad.













