La OTAN en alerta: Estonia denunció la violación de su frontera luego de que Putin amenace al mundo con su misil nuclear hipersónico

Las tensiones de Rusia con Estonia y el resto de Europa ponen en alerta a la Alianza Atlántica, al igual que la presencia de un proyectil autopropulsado en Bielorrusia. Dos maniobras que Occidente mira de reojo.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin. Foto: via REUTERS

El mismo día en que el Gobierno de Estonia denunció que tres guardias fronterizos rusos atravesaron la zona de control que transcurre por el centro del río Narva, a lo largo del que discurre la frontera entre ambos países, sin autorización y por razones desconocidas; el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, aseguró que el sistema de misiles balísticos hipersónicos Oreshnik enviado por Moscú ya fue desplegado en su país.

Estas dos situaciones no son nada menores, teniendo en cuenta que en el pasado ya se registraron tensiones en las fronteras entre el país báltico y Rusia (el año pasado Estonia denunció que guardias fronterizos rusos habían retirado del río Narva boyas de delimitación, un incidente que calificó de “provocación”) y que el Oreshnik, de alcance medio y portador de ojivas nucleares, podría teóricamente golpear objetivos situados a miles de kilómetros de distancia con un margen de error de apenas unas pocas decenas de metros.

Estonia denuncia violación de su frontera

Estonia es miembro de la OTAN desde 2004 y comparte 290 kilómetros de frontera con Rusia. Por ello, es ampliamente reconocida como uno de los miembros más vulnerables de la Alianza. De ahí, la importancia de que guardias estonios descubrieran, con ayuda de una cámara, a guardias rusos en el río Narva.

En octubre ya se produjo otro incidente en la frontera oriental de Estonia. En aquella ocasión, un grupo de hombres armados con uniforme militar, aunque sin insignias, apareció cerca de una estrecha ruta que atraviesa territorio ruso. Según los guardias fronterizos estonios, los hombres se habían alineado al otro lado de la carretera, evocando recuerdos de los “hombrecillos verdes”. Rusia había desplegado este tipo de tropas durante la toma de Crimea en 2014.

Los expertos vieron el incidente de octubre como un movimiento psicológico y no lo consideran una amenaza militar real. Más bien, Rusia estaba reforzando su presencia y utilizando este tipo de manifestaciones como recordatorio.

Violación de cazas rusos al espacio aéreo de Estonia.
Violación de cazas rusos al espacio aéreo de Estonia. Foto: REUTERS

A principios de noviembre, un barco guardacostas ruso también fue avistado en el río Narva, izando la bandera de la compañía mercenaria rusa Wagner. El 19 de septiembre, tres cazas rusos MiG-31 habrían penetrado durante 12 minutos en el espacio aéreo del país báltico. También se produjeron violaciones del espacio aéreo de la OTAN por parte de aviones militares rusos en Lituania.

La serie de violaciones exacerbó las tensiones entre Rusia y la OTAN. Los jefes de Estado y de Gobierno occidentales advierten de la posibilidad de un conflicto abierto en los próximos cinco años debido a la aparente presencia de un número significativo de soldados rusos en suelo bielorruso.

El misil ruso Oreshnik ya fue desplegado en Bielorrusia

El despliegue del misil Oreshnik -entrará en servicio en las Fuerzas Armadas antes de que termine el año- en Bielorrusia, acerca significativamente las capacidades nucleares rusas a las fronteras de la OTAN.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko. Foto: REUTERS

Además, la presencia del misil -presentado en sociedad a finales de 2024 durante un ataque contra una fábrica militar en la región oriental ucraniana de Dnipropetrovsk- coincide con un momento de aparente distensión entre Bielorrusia y Estados Unidos. El líder bielorruso, Alexandr Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, aprovechó para hacer un llamado al presidente estadounidense Donald Trump a “no retroceder” en sus esfuerzos para lograr la paz en Ucrania.

Bielorrusia y Estados Unidos están viviendo un aparente deshielo tras las reuniones sostenidas el fin de semana pasado entre Lukashenko y el emisario de la Casa Blanca, John Cole. Tras esas conversaciones, Minsk aceptó indultar a 123 presos, incluyendo a los principales líderes opositores, a cambio del levantamiento de sanciones sobre el potasio bielorruso.