La industria del salmón provoca un impacto negativo en los ecosistemas

La Patagonia chilena es una zona altamente relevante y crítica para la preservación de distintas especies y ecosistemas del mundo. Hoy está amenazada por la presencia de la salmonicultura intensiva. Áreas de aguas pristinas y de gran biodiversidad son destruidas por esta industria que busca ampliar sus centros de cultivo en estas áreas.
Estas operaciones son posibles gracias a un juego de corrupción que tiene como actores principales a las empresas nacionales y transnacionales, así como también a los políticos irresponsables.
¿Qué es la salmonicultura?
La salmonicultura corresponde a una parte de la acuicultura (cultivo de peces y otras especies del mar) que consiste en el cultivo intensivo de distintas especies de salmónidos (salmón atlántico, trucha arcoiris, salmón coho, etc).
Consiste de tres fases: Piscicultura (donde se “crían” los smolt o “salmones bebe) generalmente desarrollada en tierra cercana a fuentes de agua dulce como ríos y lagos, la fase de engorda en balsas jaulas en el mar y la fase de procesamiento (en tierra en las plantas de proceso).
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La industria del salmón provoca un impacto negativo en los ecosistemas.
Generalmente, esta actividad es desarrollada por empresas extranjeras multinacionales que utilizan hasta 800 veces más antibióticos para producir salmones en la Patagonia, de los que usan en sus países de origen (Noruega por ejemplo), zonas donde el salmón es nativo.