La planta aromática que perfuma, decora y mantiene alejados a los mosquitos: cómo cultivarla en tu jardín

A medida que se acercan los meses más cálidos, los balcones, terrazas y jardines se convierten en los espacios preferidos para pasar el tiempo al aire libre.
Sin embargo, la presencia de mosquitos suele alterar esa tranquilidad. Frente a este problema, el pelargonio emerge como una solución natural, estética y eficaz que, además de embellecer, actúa como un repelente vegetal.

Conocido popularmente como “geranio limón” en algunas de sus variedades, el Pelargonium citrosum es valorado por su intenso perfume cítrico que, al liberarse al rozar sus hojas, resulta intolerable para los mosquitos. Esta propiedad lo convierte en un aliado perfecto para quienes buscan reducir el uso de aerosoles o velas químicas.
Sin embargo, el atractivo de esta planta no se limita a su función repelente. Sus flores finas, en tonos que incluyen blanco, rojo, rosa o malva, decoran cualquier espacio y aportan un aroma fresco que se prolonga desde la primavera hasta bien entrado el otoño. Plantada en el momento adecuado, que es a inicios de la primavera, desarrolla un follaje con flores abundantes justo a tiempo para el verano.
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El pelargonio es, además, de fácil mantenimiento. Se adapta tanto a macetas como a jardineras y arriates, prospera en suelos ligeros y fértiles con buen drenaje, y solo requiere riegos moderados. Al eliminar las flores marchitas y aplicar un abono quincenal, puede extender su floración durante meses. Para conservarlo de un año a otro, basta con resguardarlo de las heladas o reproducirlo mediante esquejes en otoño.

Paso a paso: cómo plantar un pelargonio esta primavera
Materiales
- Planta joven (vivero) o esquejes sanos (8–10 cm).
- Maceta de 18–25 cm de diámetro (o jardinera).
- Sustrato suelto: 2 partes tierra para macetas + 1 parte perlita o arena gruesa + 1 parte compost (buen drenaje).
- Piedra o fragmento de maceta para cubrir el agujero de drenaje.
- Abono líquido para flor (NPK equilibrado) y tijera de poda limpia.
- Guantes (opcional).
Cuándo plantar
- Mejor en primavera (cuando ya no haya heladas). En climas templados, septiembre-octubre en el hemisferio sur es ideal.
- Evitá plantar justo antes de una ola de calor extremo o de noches con heladas.
Plantación
- Preparar la maceta: colocar una capa fina de piedras o fragmentos sobre el agujero de drenaje. Llenar con el sustrato preparado hasta 3–4 cm del borde.
- Hidratar la planta: si viene muy seca, regar ligeramente la maceta un día antes.
- Hacer el hoyo: en el sustrato, abrir un hueco del tamaño del cepellón o del esqueje.
- Colocar la planta: si es planta de vivero, asentar el cepellón a la misma profundidad que estaba. Si es esqueje, introducir 3–4 cm del tallo en el sustrato (tras dejarlo secar 24–48 h para formar callo si fue cortado).
- Rellenar y compactar ligeramente: apretar suave alrededor del tallo, sin compactar demasiado el sustrato.
- Riego inicial: regar hasta que el agua salga por el drenaje. No encharcar; dejar escurrir.
- Ubicación: colocar a pleno sol (4–6+ horas diarias) o semisombra luminosa. Evitar sol fuerte de mediodía en zonas muy cálidas las primeras semanas.
- Primeras 2 semanas: mantener sustrato ligeramente húmedo, pero dejar secar la capa superior entre riegos para prevenir pudrición de raíces.

Pero su aporte va más allá de la comodidad doméstica. Al reducir la necesidad de repelentes químicos, el pelargonio favorece un entorno más saludable y respeta la biodiversidad, ya que atrae a abejas y mariposas, esenciales para la polinización. De este modo, se presenta como una alternativa ecológica que equilibra la estética con la sostenibilidad.
Fácil de cultivar, versátil y con un valor práctico evidente, esta planta se convirtió en un recurso ideal para quienes desean disfrutar del aire libre sin las molestias propias del verano. Con el pelargonio, la lucha contra los mosquitos se transforma en una oportunidad para sumar color, fragancia y vida a los espacios del hogar.