Lágrimas de felicidad: un estudio científico reveló que los perros lloran al reencontrarse con sus dueños

Los investigadores midieron la cantidad de lágrimas bajo los párpados mediante una prueba común llamada “Schirmer”. La producción de lágrimas está vinculada con la presencia de la ”hormona del amor” u oxitocina.
Los perros producen lágrimas cuando se reencuentran con sus dueños.
Los perros producen lágrimas cuando se reencuentran con sus dueños. Foto: Unsplash.

Un estudio científico publicado por la revista ‘Current Biology’ reveló que los perros producen lágrimas cuando se reencuentran con sus dueños.

“Nunca habíamos escuchado sobre animales que derramaran lágrimas en situaciones felices, como al reencontrarse con sus dueños”, aseguró Takefumi Kikusui, uno de los autores del estudio.

Los perros derraman lágrimas en situaciones felices. Foto: Unsplash.

Los investigadores midieron la cantidad de lágrimas bajo los párpados mediante una prueba común llamada “Schirmer”. Después, tomaron como comparación un nivel elevado, como cuando el perro se encuentra con su dueño o espacio habitual.

Luego de un período de cinco a siete horas de separación, la cantidad de lágrimas aumentó “significativamente” tras cinco minutos de reencontrarse con su dueño. También, el volumen de llanto fue mayor al comparar el reencuentro con su dueño al que tuvo con otra persona.

La importancia de la “hormona del amor” en los perros

Según los investigadores, la producción de lágrimas está vinculada con la presencia de la ”hormona del amor” u oxitocina. También, intentaron comprender la parte funcional de estas lágrimas.

Para ello, pidieron a los dueños que ordenaran fotos de su perro en función de en cuáles de ellas sentían más ganas de cuidarlo. Las fotos en las que se les aplicaron lágrimas artificiales fueron ordenadas “significativamente” más arriba.

La producción de lágrimas está vinculada con la presencia de la ”hormona del amor” u oxitocina. Foto: Unsplash.

Sobre esta características presentes en los bebés humanos, Kikusui explicó que “es posible que los perros que muestran sus ojos mojados durante las interacciones hagan que los cuiden más“.

Los perros, domesticados como ningún otro animal, desarrollaron habilidades específicas para comunicarse y se demostró que el contacto visual moldea la relación entre el animal y el amo.

Las 5 razas de perro que viven menos años

Un estudio científico de la Universidad de Liverpool investigó en profundidad la esperanza de vida de estos animales para encontrar a las 5 razas de perro con una menor esperanza de vida.

  1. Pastor caucásico: encabeza la lista como la raza con la esperanza de vida más baja, con solo 5,4 años en promedio. Su función tradicional como perro guardián y de defensa puede explicar en parte esta corta longevidad, ya que los perros de gran tamaño suelen enfrentar un mayor desgaste físico y predisposición a enfermedades articulares y cardíacas. Además, el rápido crecimiento y la masa corporal elevada incrementan el riesgo de complicaciones relacionadas con la edad a una edad más temprana.
  2. Presa canario: ocupa el segundo lugar, con una esperanza de vida media de 7,7 años. Al igual que otras razas grandes y musculosas, tiende a desarrollar problemas en las articulaciones y de movilidad. Esta raza suele presentar predisposición a enfermedades hereditarias, como la displasia de cadera y problemas cardíacos, que pueden afectar su longevidad.
  3. Mastín italiano: con una vida media de 8,1 años, comparte varias características con otras razas de gran tamaño. Su fortaleza física y musculatura pueden llevar a un mayor esfuerzo sobre el sistema cardiovascular y el aparato locomotor. Factores como la genética y ciertas condiciones congénitas, junto a la tendencia al sobrepeso, influyen en el desarrollo de patologías que reducen la esperanza de vida.
  4. Mastín: la cuarta raza de menor longevidad es el mastín, que alcanza los 9 años de media. Su considerable tamaño corporal aumenta el riesgo de problemas óseos y cardíacos. Los mastines suelen ser propensos a la torsión gástrica, una complicación digestiva potencialmente mortal.
  5. San Bernardo: con una esperanza de vida de 9,3 años, es conocido por su tamaño imponente, lo que lo hace vulnerable a enfermedades propias de razas grandes, como insuficiencia cardíaca, displasia de cadera y ciertos tipos de cáncer. La masa corporal y la genética también son los culpables de reducir su media de edad.