Crece en maceta, da frutas deliciosas y es símbolo de fortuna: el árbol que hay que tener para recibir el Año Nuevo con abundancia y prosperidad
Según el Feng Shui, este árbol frutal es uno de los más poderosos para atraer energía positiva, prosperidad y nuevos comienzos. Fácil de cultivar en maceta y perfecto para espacios pequeños, se convirtió en un clásico para quienes buscan activar la abundancia y recibir un nuevo año con buenas vibras.

Tener un árbol en casa puede cambiar por completo la energía de cualquier espacio, desde un balcón pequeño hasta una terraza amplia. Y hay una especie que, además de dar frutas riquísimas, aporta sombra, perfume y un plus extra: se la asocia directamente con la buena fortuna. Este árbol frutal es perfecto para atraer prosperidad, buenas vibras y abundancia de cara al nuevo año.
El árbol frutal que crece en maceta y atrae abundancia
Según viveristas, el mandarino es uno de los cítricos que mejor se adapta a recipientes grandes. Con una buena poda puede llegar a medir entre 2 y 3 metros, lo que lo convierte en una opción ideal para espacios exteriores sin necesidad de tener un jardín. Es vistoso, crece rápido y suele dar sus primeros frutos en poco tiempo.

Para que se desarrolle sin problemas, necesita un sustrato con buen drenaje y rico en nutrientes, especialmente nitrógeno y potasio. También es clave elegir una maceta de al menos 50 litros, para que las raíces tengan espacio suficiente.

Cómo trasplantarlo y mantenerlo sano
- Colocar piedras o algo de material drenante en la base de la maceta.
- Elegir sustrato especial para cítricos y acomodar bien el pan de raíz.
- Regar cuando la tierra empiece a secarse; después del trasplante, lo ideal es hacerlo dos veces por día durante las primeras dos semanas.
- Ubicar siempre en un lugar con buen sol y protegido del viento.
- Una vez establecido, mantener un riego semanal.
Con estos cuidados básicos, el mandarino se vuelve un árbol súper agradecido: hojas brillantes, aroma fresco y una producción de frutos que aparece más rápido de lo que parece.

Y según el Feng Shui, sus frutos anaranjados simbolizan prosperidad y energía vital. El color naranja activa el elemento Fuego, asociado a la abundancia y la buena suerte, por lo que se convierte en un aliado perfecto para llenar la casa de buenas energías.















