La botella de plástico en el jardín no es solo para reciclar: cómo cuidar el suelo en simples pasos
Esta técnica es accesible y muy práctica, ya que ayuda a mantener la humedad del sustrato de forma estable sin necesidad de regar constantemente ni recurrir a sistemas de riego automáticos.

Colocar una botella de plástico cortada boca abajo en jardines, canteros o macetas es muy útil no solo para el reciclaje, sino también porque mejora el suelo, conserva los nutrientes y aleja ciertos insectos y animales de las plantas, según jardineros.
Esta solución es económica y efectiva, y permite regular la humedad del sustrato sin tener que regar todo el tiempo ni depender de dispositivos de riego automáticos.
Cómo funciona la botella cortada boca abajo en el jardín
Esta técnica transforma la botella en un sistema de riego casero, ya que al colocarla boca abajo y hacerle algunos orificios, el agua comienza a caer de forma lenta y directa. De esta forma, la tierra no se seca y mantiene un nivel de humedad estable ideal para el crecimiento de la planta.

Otra ventaja de esta técnica es que, en algunos casos, la botella ayuda a ahuyentar animales pequeños, ya sea porque refleja la luz o porque se mueve con el viento.
Además, utilizar la botella cortada ayuda a que la planta reciba la hidratación adecuada:
- Exceso de agua: al colocar la botella boca abajo, se evita el encharcamiento, lo que previene la pudrición de las raíces y la aparición de hongos.
- Falta de humedad: cuando la planta no recibe la humedad necesaria, hojas y tallos comienzan a debilitarse, frenando su desarrollo.
- Cambios bruscos en el riego: las variaciones repentinas favorecen la presencia de plagas que alteran la estructura del suelo.
- Suelo mal hidratado: una tierra mal regada pierde nutrientes y reduce su fertilidad.

¿Cómo revivir una planta moribunda?
Paso 1: diagnóstico urgente
- Hojas amarillas y caídas: suele ser exceso de agua o falta de luz.
- Hojas secas o quebradizas: puede ser falta de riego, baja humedad ambiental o mucho sol directo.
- Hojas negras o con manchas blandas: es probable que haya un hongo o podredumbre por exceso de humedad.
Paso 2: revisar las raíces
- Raíces blancas y firmes: están sanas.
- Raíces marrones, blandas o con mal olor: hay pudrición.
Si están podridas, hay que cortar las partes afectadas con una tijera y dejar la planta en reposo unas horas para que cicatrice. Luego, trasplantarla en sustrato aireado y seco.
Paso 3: cambiar el sustrato
En muchas ocasiones, la tierra vieja está compactada, mal drenada o sin nutrientes.
Elegí un sustrato acorde al tipo de planta: más arenoso para cactus y suculentas; más rico en materia orgánica para plantas de interior o florales.

Paso 4: agua, luz y paciencia
Una vez trasplantada, no la riegues enseguida. Esperá 24 a 48 horas para evitar que el exceso de humedad dañe las raíces recién cortadas. Luego, regá solo cuando el sustrato esté seco al tacto.
Ubicala en un lugar luminoso pero sin sol directo, especialmente si está débil. Evitá moverla seguido: las plantas estresadas necesitan estabilidad.
Paso 5: estimular el rebrote
Una vez estabilizada, podés estimularla con un fertilizante suave, como compost líquido o extracto de algas, cada 15 o 20 días. También, se puede pulverizar sus hojas con agua para elevar la humedad, sobre todo en interiores secos.
A pesar de todo esto, si la raíz principal está completamente muerta, o si el tronco está hueco y quebradizo, es probable que no haya vuelta atrás. Sin embargo, si hay una rama verde, aún hay esperanza.


















