Cada cuánto tenés que bañar a tu perro para no irritar su piel, según expertos
La higiene de los perros varía según cada animal, pero hay claves básicas para tener en cuenta a la hora de bañarlos.

Cuando tenemos mascotas, especialmente cuando se trata de un perro, suele surgir la inquietud de cuántas veces hay que bañarlo para no perjudicar su salud.
Para darnos cuenta de que si ya necesita un baño, observar el pelaje es clave. Si su piel luce sana, su pelaje brillante y no tiene olor, no es necesario bañarlo de inmediato. Sin embargo, cuando tiene el pelo graso, opaco y con suciedad visible, es hora de que llegó el momento del baño.
En ese sentido, los profesionales recomiendan que luego de realizar el baño, hay que asegurarse del secado completo del pelaje, preferentemente con toallas absorbentes y, si el perro lo tolera, con secador a temperatura moderada. Esto ayuda a prevenir cuadros respiratorios como neumonía, así como infecciones cutáneas que puede provocar la humedad.

Higiene en perros: los casos en los que el baño no puede esperar
Aunque la frecuencia del baño es dependiendo del perro, existen circunstancias que ameritan un baño inmediato:
- Contacto con sustancias peligrosas o contaminadas.
- Presencia de barro, grasa, arena o residuos visibles en el cuerpo.
- Mal olor persistente, que indique acumulación de suciedad o desequilibrio bacteriano.
- Golpes de calor o actividad física intensa, sobre todo en verano.
Durante las épocas de muda, en cambio, se sugiere priorizar el cepillado diario para eliminar el subpelo muerto sin necesidad de recurrir al baño. Este hábito también estimula la circulación y mejora la apariencia del pelaje.
Contrario a lo que algunos creen, bañar en exceso a los perros puede resultar perjudicial. La piel de los perros cuenta con una capa protectora natural de grasa que actúa como barrera frente a bacterias y agentes externos. Bañarlos con demasiada frecuencia puede eliminar esta capa, provocando irritaciones, descamaciones o picazón.

Herramientas de cepillado: aliadas del cuidado diario
El cepillado es un componente clave en la rutina de higiene. Existen diferentes herramientas para cada tipo de pelaje:
- Cardas: ideales para pelajes largos, rizados o densos.
- Peines de púas: útiles para capas gruesas o dobles.
- Guantes de cepillado: recomendados para pelajes cortos o animales reacios al peine tradicional.
- Cepillos de púas suaves: aptos para zonas delicadas o pieles sensibles.
- Rastrillos y deslanadores: diseñados para remover subpelo durante la muda.
- Cortanudos: utilizados para desenredar zonas complicadas, con precaución y experiencia.
En todos los casos, se sugiere adaptar la rutina de cuidado a las necesidades individuales del perro y, ante cualquier signo de molestia, consultar con un profesional.
En conclusión, mantener una correcta higiene implica encontrar el equilibrio justo entre la limpieza necesaria y el respeto por la fisiología del animal. Un baño mensual, complementado con un cepillado regular y una buena observación del comportamiento y la piel del perro, son las bases de una rutina segura para los compañeros de cuatro patas.


















